CONSTRUCTORES DE REPÚBLICAS 2013


Desde que este blog se puso en funcionamiento en 2007 y no por mérito del mismo, sino de la ciudadanía inteligente y harta de tanta represión social y económica, son muchos los republicanos que por fin salieron del armario, miles sus banderas ondeando allí donde la injusticia campa. Este republicanismo enarbola la ruptura democrática, la libertad, la justicia social, la laicidad, la educación y la sanidad pública, gratuita y de calidad, los derechos humanos y también el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Porque la solidaridad se construye desde la comprensión mutua y la lucha conjunta contra el enemigo común.

lunes, 22 de octubre de 2007

LAS TRECES ROSAS

PILAR BUENO IBÁÑEZ, VIRTUDES GONZÁLEZ GARCÍA, JOAQUINA LÓPEZ LAFITTE, CARMEN BARRERO AGUADO, DIONISIA MANZANERO SALAS, ANITA LÓPEZ GALLEGO, VICTORIA MUÑOZ GARCÍA, ELENA GIL OLAYA, LUISA RODRÍGUEZ DE LA FUENTE, MARTINA BARROSO GARCÍA, JULIA CONESA CONESA, ADELINA GARCÍA CASILLAS Y BLANCA BRISAC VÁZQUEZ.




Para los que no creen en casualidades les diré que clamor republicano tampoco. Coincidiendo con los prolegómenos de la aprobación de la Ley de la Memoria se estrena una película un tanto edulcorada sobre una de las historias más conocidas de la represión. Hubo muchas 13 rosas en este país, de algunas puede que nunca conozcamos su nombre. Yo voy a dar uno, Josefa Peña Jiménez, que fue violada y asesinada delante de su madre y de su padre, mientras que éste cavaba la tumba para los 3 en el cementerio viejo de Fuente Palmera en Córdoba. Su pecado ser novia de un miliciano y se lo hicieron redimir robándole la vida el 12 de septiembre de 1936.

No me gusta que me cuenten los finales de las películas, éste por desgracia todos lo conocemos, pero hay maneras y maneras de narrarlos. El que se ha elegido esta vez me parece indigno. Si no han ido a verla, y piensan hacerlo, dejen de leer las siguientes líneas.

El retrato que se hace de la cárcel de Ventas comparado con la realidad parece el de una tarde de pic-nic, donde se canta, se baila y se desliendra uno con alegría. Ventas era un lugar horrible, tan abarrotado de presas que dormían hacinadas en las escaleras y los baños, incluso debajo del inodoro, aunque este estuviera atascado como solía ocurrir. Muchas presas estaban enfermas, sufrían diarreas, hambre y desánimo. Morían tanto ancianas como niños, día sí y día también. Nos presentan a unas funcionarias de prisiones con sentimientos. Que algunas tuvieran a bien escuchar las reivindicaciones de las presas era porque éstas se organizaban y trabajaban para que aquello no acabara con ellas, tejiendo una red de solidaridad que les hiciera llevar aquel horror con dignidad.

Al ser entrevistadas las actrices que interpretan a las 13 rosas, casi todas recurrieron a los tópicos, sólo una dijo que la película no reflejaba como era verdaderamente Ventas y la dureza de las situaciones que allí se vivían. Creo que existe cobardía en el cine español, que por cierto, se empeña en meter números musicales en las cárceles franquistas, como en el Lápiz del carpintero de Antón Reixa. No lo censuro porque fuera falso que se cantara sino porque al hacerlo inducen al espectador al error de pensar que aquello no era tan malo. A otros países no les duele en prendas retratar las torturas en su cine tal como acontecieron en la realidad. Las imágenes de las torturas en el centro de detención no describen las tragedias que se produjeron en aquellos sótanos. Pero lo peor no es eso, sino el final. No tienen valor para enseñarnos el fusilamiento y para colmo cierran el film con la carta de Blanca. En ésta pide a su hijo que perdone a sus asesinos, que no guarde rencor, que se eduque en una sólida fe católica y que haga la comunión como dios manda. El espíritu, ¿casual?, de la reconciliación, del perdón católico, que se aplica siempre a favor de los mismos. ¿Por qué de todas las cartas eligen la de Blanca? porque no la de alguna otra que estuviera más politizada, que tuviera unos ideales por los que luchar, que no tuviera palabras de perdón para los verdugos, que no nombrara a Dios, porque no escogieron la de Julia que pidió que su nombre no se borrara en la historia. Pues bien querida Julia, han pensado que eran más importantes las palabras de Blanca a su hijo para que las extrapolásemos al perdón nacional, que tu grito de justicia escrito sobre un papel hace 68 años.

¿Por qué ese empeño en ocultar la verdad?, ¿de pedir reparación con la boca pequeña?, porque en el fondo ya están bien las cosas así, ya lo dice el refrán, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, basta ver lo que está pasando con la Ley de la Memoria. Lo que se tendría que pedir es la anulación del juicio de estas víctimas del franquismo, de estos asesinados contra la tapia de un cementerio. Así, al menos, si dentro de 50 años, cuando ya nadie se acuerde de Franco ni de los que sufrieron su terrorismo de estado, alguien acceda a la Causa de las 13 rosas y sus compañeros, no piense que todos aquellos ciudadanos eran unos delincuentes y unos asesinos.

Quien quiera saber como eran las prisiones en las que que sufrían condena miles de mujeres, en condiciones igual, o más infrahumanas, que las de los hombres, quien quiera conocerlo de primera mano que lea los libros de Tomasa Cuevas, que con su magnetófono se dedicó a recoger los testimonios de todas aquellas presas que había conocido en su periplo por las cárceles franquistas. Un trabajo clandestino de gran valor. O que lean el estupendo libro de Fernando Hernández Holgado sobre la prisión de Ventas "Mujeres encarceladas: la prisión de Ventas". Ed. Marcial Pons", para saber por lo que pasaron aquellas 13 rosas rojas y todas aquellas flores de un jardín intramuros, que no han marchitado en nuestra memoria.

Así le diremos a los que han utilizado el mensaje de Blanca, el de una madre a su hijo y nada más, que no está en nuestra mano el sentimiento de revanchismo, sino que lo único que queremos es justicia y reparación para tantas miles de víctimas. Que el franquismo y sus defensores no se aplicaron, ni se aplican, el cuento católico del perdón. Que los defensores de la democracia y sus familias están hartas de poner la otra mejilla . Y que no creo que en la Biblia haya un apartado que diga: la vida sólo te la puede quitar el Señor, excepto si eres "rojo".


Clamor republicano si va a honrar la petición de Julia y va a transcribir su última carta.


Madrid 5 de agosto de 1939

Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie. Salgo sin llorar. Cuidar a mi madre. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente.

Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada.

Adiós, madre querida, adiós para siempre.

Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar.

Julia Conesa.

Besos para todos, que ni tú ni mis compañeras lloréis.

QUE MI NOMBRE NO SE BORRE EN LA HISTORIA.



Julia Conesa