CONSTRUCTORES DE REPÚBLICAS 2013
Desde que este blog se puso en funcionamiento en 2007 y no por mérito del mismo, sino de la ciudadanía inteligente y harta de tanta represión social y económica, son muchos los republicanos que por fin salieron del armario, miles sus banderas ondeando allí donde la injusticia campa. Este republicanismo enarbola la ruptura democrática, la libertad, la justicia social, la laicidad, la educación y la sanidad pública, gratuita y de calidad, los derechos humanos y también el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Porque la solidaridad se construye desde la comprensión mutua y la lucha conjunta contra el enemigo común.
martes, 11 de abril de 2023
LA VIRGEN ARMÓ LA DE DIOS ES CRISTO
martes, 28 de febrero de 2023
LA BUENA PATRIA
Recientemente me propusieron que formara parte de una mesa para hablar de los andaluces y la lucha antifranquista en Catalunya con motivo del Día de Andalucía. Para mí, si hay un día para conmemorar la patria andaluza, sería el 4 de diciembre, y si hay un mártir de ese día, sería el joven sindicalista de 18 años, Manuel José García Caparrós, asesinado por la Policía Nacional por enarbolar su bandera.
Yo no soy de patrias, ni de banderas, si detrás de ellas no hay una causa justa que defender y, desde ese punto de vista, debo decir que tengo muchas patrias y muchas banderas. No tengo nada en contra de los unipatriotas, siempre que no sean unos fascistas. Y sí, estoy a favor de las emancipaciones, de la autodeterminación de los pueblos, si son causas de libertad. Y en el estado español, aun más si cabe, porque la independencia de unos supondría la independencia de todos, independencia del sistema heredado del franquismo. Sería la palanca capaz de desencallar el continuismo, el único mecanismo de ruptura democrática para librarnos del yugo de la transición y de su monarquía inducida vía dictadura. Y a veces pienso que ese pensamiento es más un deseo que una posible realidad, por un lado porque ahora no hay motor para llevarlo a cabo, y por otro, porque quizá quedaría una España con menos hectáreas pero igual de irreformable. La grande….
Es incomprensible como hay patrias que tienen derecho a existir como estado y patrias que deben luchar por sobrevivir entre hostilidades de todo tipo. Como el Sahara, Palestina, Kurdistán y otros pueblos, que viven entre el exilio y la humillación armada de verse sometidos y/o expulsados de sus tierras. Lo incomprensible no es que se tolere o se potencie estas injusticias geopolíticas por el resto de patrias con estado, que se arrogan el poder de otorgar el certificado de país con bandera e himno oficial homologable. Lo incomprensible es que la mayoría de la ciudadanía de esos estados, olvidando que algunos de ellos tuvieron que luchar por su independencia, lo toleren, pero la memoria es selectiva e interesada. Y de memorias selectivas e interesadas, los que nos dedicamos a exigir derechos para las víctimas del franquismo y la transición sabemos mucho.
El maniqueísmo de patrias buenas y malas en función de lo que dictamine el poder de occidente, cada día más decrépito y decadente, está en nuestros medios de propaganda ininterrumpidamente. Se ha vuelto a observar estos días del primer aniversario de la guerra de Estados Unidos y comparsillas europeos en Ucrania. Hay un estado, un imperio, dicen los más imperialistas del globo, que es muy malo, y un estado patriota muy bueno. Un estado víctima bondadosa que no reniega del nazismo de sus próceres de la patria, que sufre de todo aquello de lo que se acusa a Rusia, de machismo, de racismo, de lgtbiq+fobia, de corrupción, de nacionalismo exacerbado y de personalismo presidencial. El emperador va desnudo señores y señoras, pero no nos atrevemos a decirlo en voz alta, a contracorriente del discurso único, el oficial, aunque lo pensemos. Así hace unos días la Sexta publicaba una encuesta que se resumía en que más de un 60 por ciento de españoles se identificaban con el omnipresente Zelenski, que un 70 por ciento valoraba positivamente el apoyo de Sánchez a Ucrania y que una mayoría veía a Ucrania como vencedora. La maquinaria funciona.
La Europa de las libertades y los derechos, que vive de renta de la etiqueta que se autoimpuso, decidió que pobres de nosotros no estábamos capacitados para ver una cadena de televisión rusa porque contaminaría nuestras mentes. Los que intentamos cultivar el librepensamiento y el criterio propio, después de analizar todo tipo de información, no tenemos derecho a ver RT, pero si a ver toda la propaganda de los grupos de opinión, de racionamiento de ideas salidas de los almacenes de sus líneas editoriales neoliberales. Creo que se llama censura lo que estamos viviendo. En esta Europa tan ejemplar hay un periodista del que pocos se acuerdan que se llama Pablo González, que también está de triste aniversario, cumple un año en una cárcel de Polonia, ese país dechado de libertades, que curiosamente tiene frontera con Ucrania y carta libre para vulnerar derechos humanos.
Y volviendo al principio, hoy, Día de Andalucía para la oficialidad, me gustaría recordar a todos los andaluces y andaluzas antifascistas, que dejaron su vida luchando por la libertad en su tierra, en Catalunya y en tantas otras tierras, que también fueron suyas. Recordar a las personas nacidas en Andalucía que murieron en los campos franceses, en los campos de exterminio nazis, los que murieron en tristes exilios en todo el mundo. Y como cualquier otro día, recordar a todos los antifascistas del mundo, que se levantaron y se levantan contra la opresión y la tiranía, más allá de la ciudadanía que le otorgue un estado u otro. Como dijo Blas Infante a los andaluces “Levantaos, pedid, tierra y libertad” y yo añado y sanidad y educación y vivienda, … porque los derechos y la justicia hacen patria. Esas patrias sin fronteras que toda la humanidad necesita más allá de la patria que se lleve en la cabeza o en el corazón.
María José Bernete
miércoles, 3 de agosto de 2022
TEORÍA DE LA POSIBILIDAD
Me gustaría saber en que momento se ha pasado de corear “nada es imposible” al pragmatismo político sin pestañear. Cuándo hemos renunciado a los máximos para mendigar los mínimos. No hablo de en qué minuto de la historia, ese podríamos establecerlo en pactos con Mefisto por sillas envenenadas. Pactos con quien se cobra el alma de proyectos, que supuestamente salieron de la indignación de la calle. Pactos donde solo se desgasta quien se puso la pinza en la nariz para que los de siempre sigan rentabilizando el esfuerzo ajeno. Pactos con aquellos que se desgañitan pregonando ¡eso es imposible! hasta que las estrategias de sus siglas y por arte de sus intereses lo hicieron posible sin vergüenza alguna. Principios finalistas. Dónde ha quedado aquello de la política es el arte de hacer lo imposible posible en beneficio del vulnerable, no del rédito de partidos que siguen apuntalando la transición, la corrupción y la corona. Cuándo nos rendimos sin darnos a penas cuenta de que ampliábamos con alegría las inmensas tragaderas, que a base de presionarnos sin descanso, hemos desarrollado. Cómo podemos salir a defender sin sonrojo de nuestra coherencia pequeñas concesiones, que casi siempre vienen acompañadas de una letra microscópica, que casi nunca acabamos leyendo, esa que demuestra que hecha la ley hecha la trampa.
¿Cómo nos han domesticado hasta este punto y por qué lo estamos aceptando con tanta pasividad? ¿Por agotamiento, desencanto, miedo, o por todo junto? Son las preguntas que me hago cada día y la respuesta me descorazona, a pesar de no haber sobrepasado mi autoimpuesta utópica última línea roja. El límite de abrazar el pragmatismo posibilista como solución política a los problemas que nos crean cada día. Todo esto en uno de los momentos históricos más críticos de los últimos tiempos, no tanto por la concatenación de acontecimientos nefastos que nos asolan, que también, si no por la falta de respuesta ciudadana a tanto cínico despropósito. Ese es el verdadero problema, la ausencia de cabreo del personal o que la indignación del que se siente pisoteado se disipe en un abrir y cerrar de ojos. Si delegamos sumisos el cumplimiento de nuestras reivindicaciones únicamente en las urnas y asumimos la decepción de ver desaparecer la ilusión de luchar por lo justo fuera de los colegios electorales, todo seguirá igual. Si lo votado sirve para acabar engrasando la máquina bipartidista, que no ha desaparecido por muchas siglas que hayan entrado en el parlamento, parte de la culpa es nuestra por omisión de acción. Igual mis reflexiones son fruto de mi pesimismo, o no sé valorar lo conseguido, o tengo falta de realismo político, quizá esté desfasada y no entienda que ahora la izquierda es así. Igual es que a la incipiente vejez soy cada vez más una inconformista disidente de alineación con toda sigla por indisciplina congénita. Quizá me falte sentido del humor para apreciar el circo de intercambio de cromos en nombre del mejor menos que nada, aunque ese menos ponga puertas a la protesta, tan necesaria para no estancarnos en la complacencia del menos da una piedra. Olvidando que el valor de una piedra depende de las manos que la sostengan y el manual de usuario, véase argumentario, que la acompañe. Lástima que hayamos acatado aquello de dos piedras con tanta resignación.
Y así asistimos a ver como aquellos partidos calificados de antisistema, de terroristas, de rompeespañas, se han aclimatado al hábitat del juego político nacional. Rebeldes sin rebeldía, que venden a sus parroquias sus logros ufanos por haber arañado superficialmente al monstruo. Un bicho insaciable que les permite presumir lo justo para que puedan seguir legitimando que el estado español es democrático.
Hemos asumido que lo imposible no será posible si no le interesa a la guardia pretoriana de la estructura de detritus pétreos del reino de España. Y así nos pastorean, con más o menos garrota, desde un tiempo al que no alcanza nuestra debilitada memoria. El camino que nos marcan es el del precipicio de su ambición y si no reaccionamos acabaremos vencidos, una vez más, bajo una lápida de triste epitafio: Aquí yacen los que renunciaron a lo imposible.
lunes, 18 de julio de 2022
¡CIRCULEN! AQUÍ NO PASA NADA.
Es este un reino, de mucho cuento, en el que no dejan de sucederse hechos delictivos y luctuosos a toda máquina de triturar derechos, sin consecuencia alguna. En cualquier otro lugar tanto acontecer de sísmica vergüenza haría temblar sus cimientos, hasta en aquellos que son objeto de la sorna de racistas y xenófobos, esos que se congratulan de su historia de colonización y muerte, los patriotas de la solución rojigualda como principio y final. Pero Spain is different, ya lo dijo en 1960 Fraga, un fascista que ha pasado a la historia como buen demócrata, como tantos otros fascistas, pura marca España.
Cada día se producen varias noticias terremoto con epicentro en la corrupción nacional ante la percepción general de normalidad, gracias a la desinformación de los medios de comunicación, que mantienen narcotizada a las masas en la calma chicha de sus sofás. Noticias que podrían generar artículos de profundidad capaces de hacer tambalear la decadente y carcomida estructura democrática del estado español, si fueran difundidos en pie de igualdad con las noticias a favor de obra del sistema. En el falso estado aconfesional español los milagros solo existen para los que siempre se sentaron con puro y copa en los sillones del casino. Aquí ya ni notamos las ondas de choque de la doctrina del shock a la que estamos sometidos. Los felices infelices son mecidos por las olas de mentira y tergiversación, acunados por los cantos de sirena de los altavoces mediáticos. Da igual lo que se destape, da igual la gravedad del asunto, todo tiene bastarda justificación, que los salve del hundimiento. Sin pecar de inocente optimista diría que tiempo atrás las noticias que nos asaltan hoy hubieran escandalizado bastante más al personal, igual hasta se hubiera salido a la calle para algo más que tomar una cerveza en una terraza. Quizá solo sirviera para paliar los daños estéticos del desastre, pero al menos salvaría la cara de la inexistente ética actual.
Si tiramos de la hemeroteca de estos últimos meses podemos constatar que el nivel de inmundicia, inversamente proporcional al nivel de los embalses vaciados por los ladrones de las hidroeléctricas, podría haber ahogado a todos los estamentos del estado, si no tuvieran una capacidad heredada, desde más allá de la dictadura, para flotar sobre cualquier densidad. Aquí la escandalera se ha convertido en un factor episódico, carne de tira cómica crítica, en un calcetín agujereado de tanto darle la vuelta. El estado español podría protagonizar un anuncio institucional de papel de cocina absorbente bajo el eslogan lo resiste todo, sin, por una vez, faltar a la verdad.
Todo esto bajo el signo del gobierno más progresista de la historia comandado por los que permitieron, que en lo sustancial, nada cambiara durante cuarenta años. Un gobierno que sigue apuntalando un sistema mortalmente enfermo, prolongando nuestra agonía. Mientras la película “Prebendas, mentiras y cintas de audio” busca colocarse en la lista de las más taquilleras sin lograrlo, se ha dejado tirados a los saharauis, se ha vuelto a matar en la frontera entre congratulaciones presidenciales, se ha organizado una cumbre de tambores de guerra mancillando al Gernika, se ha incrementado el gasto militar en medio de una inflación galopante, mientras se incrementan los beneficios de quienes nos estrangulan impunemente. Impunidad de bancos, de empresas energéticas, de empresarios de comisión y pelotazo, de jueces facilitadores y prevaricadores, de policías que trabajan reciclando la basura de los de arriba convirtiendo la democracia en un vertedero donde enterrar a los de abajo, incluso a aquellos que aplauden a quienes les sepultan en la mierda. Mientras tanto el taquillazo del año sigue siendo el drama protagonizado por el bufón de la corte yanqui “Intereses de guerra: ellos la hacen, tú la pagas”, una cínica excusa para justificar la involución y vasallaje de Europa. Pero según la progresía debemos perdonar estos pecados porque la alternativa es un viaje al centro del insaciable agujero negro del fascismo tras una victoria nada lejana de PP y VOX. Diferentes perros con el mismo collar, que el capitalismo neoliberal ha sacado a pasear por una Europa felpudo del patio trasero occidental de Estados Unidos.
Quemados ante el suma y sigue de tanta noticia de extrema gravedad, que no logra cambiar absolutamente nada. Sofocados por la falta de ética y dignidad de las instituciones del estado. Abrasados por la explosión del oscuro sol de la corrupción que lo invade todo. Inflamados ante tantas mentiras que nos escupen a la cara para explicarnos que llueve. Somos muchas y muchos los que corremos el riesgo de arder involuntariamente por combustión espontánea. Solo espero que nuestro fuego sea capaz de encender la mecha mojada por un estado indecente, que arrasa con libertades y derechos entre amenazas, golpes y multas. Y mientras los termómetros atmosféricos suben por culpa del cabreo de un planeta tan maltratado como sus moradores, el líder sindical de cabecera del socio mayoritario del gobierno nos invita a disfrutar del verano, se le olvidó añadir aquellos que puedan. En la fábula del capital nos quieren hormigas a su servicio al tiempo que cigarras despreocupadas a su conveniencia, cigarras que, de seguir cantando las trovas mentirosas del amo, morirán a las puertas del invierno sin alcanzar palacio alguno.
lunes, 28 de febrero de 2022
POLÍTICA DE GUERRA
Vemos todos los conflictos con nuestros ojos occidentales y muchas veces la imagen que queda impregnada en nuestras retinas no logramos procesarla debidamente. Lógicamente no voy a decir que yo sea clarividente en mi intento de obtener conclusiones, ni que mi opinión sea la acertada porque ni tengo toda la información, ni todo el contexto y no puedo dejar de ser subjetiva por mucho que me esfuerce en hacer un análisis crítico y ecuánime. Mi propio contexto histórico me posiciona, pero no tanto en un bando u otro sino en la manera de observar los acontecimientos.