CONSTRUCTORES DE REPÚBLICAS 2013


Desde que este blog se puso en funcionamiento en 2007 y no por mérito del mismo, sino de la ciudadanía inteligente y harta de tanta represión social y económica, son muchos los republicanos que por fin salieron del armario, miles sus banderas ondeando allí donde la injusticia campa. Este republicanismo enarbola la ruptura democrática, la libertad, la justicia social, la laicidad, la educación y la sanidad pública, gratuita y de calidad, los derechos humanos y también el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Porque la solidaridad se construye desde la comprensión mutua y la lucha conjunta contra el enemigo común.

martes, 11 de abril de 2023

LA VIRGEN ARMÓ LA DE DIOS ES CRISTO

No deja de sorprenderme esa izquierda que se reafirma en que los actos religiosos son cultura popular, que deben defenderse para perpetuar unas costumbres, que por mucho que quieran hacer pasar por folklore, incidiendo incluso en las supuestas raíces paganas de los ritos, no son más que opio para el pueblo. Y si no es religión, es circo, pero circo católico. 

Estos días las redes sociales iban llenas de confesiones de gente atea que decía emocionarse al paso de las figuritas con sus encapuchados, sus cirios, sus bandas de música. Dicen que por los recuerdos de la infancia se les cae la lagrimita con  la emoción del espectáculo, que no tiene nada que ver con el desfilar de vírgenes y cristos, que se multiplican como buen milagro cristiano. Se escudan en que es el ambiente lo que les gusta, de ser así, después de tantos años podrían haber buscado alternativas. Podrían sustituir las imágenes religiosas por fotografías de los dramas que nos acompañan día a día, el paso de la dolorosa sanidad, el del descenso de la educación, el de la mala muerte de la democracia, el de la ascensión de los alquileres, llevadas a hombros por el cuerpo de bomberos por si se acaban quemando definitivamente. Podría haber banda sin uniformes, saetas de la solidaridad, la empatía y la fraternidad, cofradías de activistas por todas las causas por las que tenemos que pelear a diario y al finalizar churros con chocolate para todo el mundo. 

Al hilo de todo esto y volviendo a la gente de izquierda, que hace igual que el facherío, intentar sacar rédito político de lo que pasa en Catalunya, con ese hilo quiero dar mi puntada. La noticia de estos días ha sido el gag de la Virgen del Rocío en un programa de TV3 y el cabreo general del personal. No me sorprende que les moleste a los pocos católicos practicantes y a los muchos simpatizantes. Lo que me ha llamado la atención es que se acusara a los humoristas de andalufobia, un nuevo palabro, por hacer humor a propósito de una virgen, que en su romería deja un reguero de comas etílicos, abusos, muertes de animales, golpes y contusiones, además de lanzamientos de niños en un espectáculo deplorable. Y me resulta aun más incomprensible que se haga desde una tribuna de una izquierda, que se define como laica, y que lejos de hacer crítica de la ocupación del espacio público por parte de la Iglesia y sus adláteres, lo aplaude como expresión popular. Y que no me vengan con que no se puede entender si no eres andaluza o andaluz, o no vives en Andalucía, conozco a unos cuantos residentes a los que les repatea la invasión que supone la semana santa, que en muchos lugares, entre preparativos y ensayos, se apropia de las calles gran parte del año.

Como descendiente de andaluces, que no han necesitado vitorear a ninguna virgen para saber de donde venían, me molesta que se haga esa regla de tres entre vírgenes, tradición y el ser andaluza o andaluz. Va a resultar que el carnet de patriota no llevará la faz de Blas Infante si no la de la virgen del día en que te lo entreguen. Rodríguez ha adelantado por la derecha confesional a Moreno, que no ha tardado en sumarse a la indignación, la misma que no ha querido dejar de mostrar la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Catalunya e incluso los organizadores de la Feria de Abril, que han amenazado con suspender la de este año, no nos caerá esa breva. Todos piden una disculpa y harían muy mal en ofrecerla puesto que es libertad de expresión parodiar a una virgen, si no te gusta ese tipo de humor no lo veas, ni lo escuches. A mí me molesta mucho más el humor que se sigue haciendo en Andalucía sobre los mismos estereotipos que triunfaban en el franquismo, obedeciendo a tópicos muchas veces denigrantes y que no deberían ser reivindicados como elementos culturales. 

No es cultura llorar por no poder sacar a pasear a una virgen, que hasta hace cuatro días llevaba el fajín del asesino Queipo de Llano, mientras no les he visto echar una lágrima por las miles y miles de víctimas que fascistas como él lanzaron a fosas por toda Andalucía. 

Y para finalizar recordar una vez más a Fernando Ruiz Vergara director del documental Rocío (1980), que sufrió un calvario a causa de ser denunciado por  unos fascistas, por rodar una película impecable sobre el fenómeno del Rocío. Un trabajo que fue secuestrado judicialmente, censurado y cercenado. Ruiz Vergara tuvo que exiliarse a la vecina Portugal en supuesta democracia tras una penosa persecución judicial. Pero tampoco debe extrañarnos tanto si, en 2023, tenemos un rapero en prisión por decir verdades, verdades como las que quiso mostrarnos Fernando Ruiz Vergara y que hacen patente el poder del fascismo español. Mientras tanto la Ley Mordaza no se ha derogado y eso si que debería indignarnos a todas y todos. 

martes, 28 de febrero de 2023

LA BUENA PATRIA

Recientemente me propusieron que formara parte de una mesa para hablar de los andaluces y la lucha antifranquista en Catalunya con motivo del Día de Andalucía. Para mí, si hay un día para conmemorar la patria andaluza, sería el 4 de diciembre, y si hay un mártir de ese día, sería el joven sindicalista de 18 años, Manuel José García Caparrós, asesinado por la Policía Nacional por enarbolar su bandera.

Yo no soy de patrias, ni de banderas, si detrás de ellas no hay una causa justa que defender y, desde ese punto de vista, debo decir que tengo muchas patrias y muchas banderas. No tengo nada en contra de los unipatriotas, siempre que no sean unos fascistas. Y sí, estoy a favor de las emancipaciones, de la autodeterminación de los pueblos, si son causas de libertad. Y en el estado español, aun más si cabe, porque la independencia de unos supondría la independencia de todos, independencia del sistema heredado del franquismo. Sería la palanca capaz de desencallar el continuismo, el único mecanismo de ruptura democrática para librarnos del yugo de la transición y de su monarquía inducida vía dictadura. Y a veces pienso que ese pensamiento es más un deseo que una posible realidad, por un lado porque ahora no hay motor para llevarlo a cabo, y por otro, porque quizá quedaría una España con menos hectáreas pero igual de irreformable. La grande….

Es incomprensible como hay patrias que tienen derecho a existir como estado y patrias que deben luchar por sobrevivir entre hostilidades de todo tipo. Como el Sahara, Palestina, Kurdistán y otros pueblos, que viven entre el exilio y la humillación armada de verse sometidos y/o expulsados de sus tierras. Lo incomprensible no es que se tolere o se potencie estas injusticias geopolíticas por el resto de patrias con estado, que se arrogan el poder de otorgar el certificado de país con bandera e himno oficial homologable. Lo incomprensible es que la mayoría de la ciudadanía de esos estados, olvidando que algunos de ellos tuvieron que luchar por su independencia, lo toleren, pero la memoria es selectiva e interesada. Y de memorias selectivas e interesadas, los que nos dedicamos a exigir derechos para las víctimas del franquismo y la transición sabemos mucho.

El maniqueísmo de patrias buenas y malas en función de lo que dictamine el poder de occidente, cada día más decrépito y decadente, está en nuestros medios de propaganda ininterrumpidamente. Se ha vuelto a observar estos días del primer aniversario de la guerra de Estados Unidos y comparsillas europeos en Ucrania. Hay un estado, un imperio, dicen los más imperialistas del globo, que es muy malo, y un estado patriota muy bueno. Un estado víctima bondadosa que no reniega del nazismo de sus próceres de la patria, que sufre de todo aquello de lo que se acusa a Rusia, de machismo, de racismo, de lgtbiq+fobia, de corrupción, de nacionalismo exacerbado y de personalismo presidencial. El emperador va desnudo señores y señoras, pero no nos atrevemos a decirlo en voz alta, a contracorriente del discurso único, el oficial, aunque lo pensemos. Así hace unos días la Sexta publicaba una encuesta que se resumía en que más de un 60 por ciento de españoles se identificaban con el omnipresente Zelenski, que un 70 por ciento valoraba positivamente el apoyo de Sánchez a Ucrania y que una  mayoría veía a Ucrania como vencedora. La maquinaria funciona.

La Europa de las libertades y los derechos, que vive de renta de la etiqueta que se autoimpuso, decidió que pobres de nosotros no estábamos capacitados para ver una cadena de televisión rusa porque contaminaría nuestras mentes. Los que intentamos cultivar el librepensamiento y el criterio propio, después de analizar todo tipo de información, no tenemos derecho a ver RT, pero si a ver toda la propaganda de los grupos de opinión, de racionamiento de ideas salidas de los almacenes de sus líneas editoriales neoliberales. Creo que se llama censura lo que estamos viviendo. En esta Europa tan ejemplar hay un periodista del que pocos se acuerdan que se llama Pablo González, que también está de triste aniversario, cumple un año en una cárcel de Polonia, ese país dechado de libertades, que curiosamente tiene frontera con Ucrania y carta libre para vulnerar derechos humanos.

Y volviendo al principio, hoy, Día de Andalucía para la oficialidad, me gustaría recordar a todos los andaluces y andaluzas antifascistas, que dejaron su vida luchando por la libertad en su tierra, en Catalunya y en tantas otras tierras, que también fueron suyas. Recordar a las personas nacidas en Andalucía que murieron en los campos franceses, en los campos de exterminio nazis, los que murieron en tristes exilios en todo el mundo. Y como cualquier otro día, recordar a todos los antifascistas del mundo, que se levantaron y se levantan contra la opresión y la tiranía, más allá de la ciudadanía que le otorgue un estado u otro. Como dijo Blas Infante a los andaluces “Levantaos, pedid, tierra y libertad” y yo añado y sanidad y educación y vivienda, … porque los derechos y la justicia hacen patria. Esas patrias sin fronteras que toda la humanidad necesita más allá de la patria que se lleve en la cabeza o en el corazón.

María José Bernete


miércoles, 3 de agosto de 2022

TEORÍA DE LA POSIBILIDAD

Me gustaría saber en que momento se ha pasado de corear “nada es imposible” al pragmatismo político sin pestañear. Cuándo hemos renunciado a los máximos para mendigar los mínimos. No hablo de en qué minuto de la historia, ese podríamos establecerlo en pactos con Mefisto por sillas envenenadas. Pactos con quien se cobra el alma de proyectos, que supuestamente salieron de la indignación de la calle. Pactos donde solo se desgasta quien se puso la pinza en la nariz para que los de siempre sigan rentabilizando el esfuerzo ajeno. Pactos con aquellos que se desgañitan pregonando ¡eso es imposible! hasta que las estrategias de sus siglas y por arte de sus intereses lo hicieron posible sin vergüenza alguna. Principios finalistas. Dónde ha quedado aquello de la política es el arte de hacer lo imposible posible en beneficio del vulnerable, no del rédito de partidos que siguen apuntalando la transición, la corrupción y la corona. Cuándo nos rendimos sin darnos a penas cuenta de que ampliábamos con alegría las inmensas tragaderas, que a base de presionarnos sin descanso, hemos desarrollado. Cómo podemos salir a defender sin sonrojo de nuestra coherencia pequeñas concesiones, que casi siempre vienen acompañadas de una letra microscópica, que casi nunca acabamos leyendo, esa que demuestra que hecha la ley hecha la trampa. 

¿Cómo nos han domesticado hasta este punto y por qué lo estamos aceptando con tanta pasividad? ¿Por agotamiento, desencanto, miedo, o por todo junto? Son las preguntas que me hago cada día y la respuesta me descorazona, a pesar de no haber sobrepasado mi autoimpuesta utópica última línea roja. El límite de abrazar el pragmatismo posibilista como solución política a los problemas que nos crean cada día. Todo esto en uno de los momentos históricos más críticos de los últimos tiempos, no tanto por la concatenación de acontecimientos nefastos que nos asolan, que también, si no por la falta de respuesta ciudadana a tanto cínico despropósito. Ese es el verdadero problema, la ausencia de cabreo del personal o que la indignación del que se siente pisoteado se disipe en un abrir y cerrar de ojos. Si delegamos sumisos el cumplimiento de nuestras reivindicaciones únicamente en las urnas y asumimos la decepción de ver desaparecer la ilusión de luchar por lo justo fuera de los colegios electorales, todo seguirá igual. Si lo votado sirve para acabar engrasando la máquina bipartidista, que no ha desaparecido por muchas siglas que hayan entrado en el parlamento, parte de la culpa es nuestra por omisión de acción. Igual mis reflexiones son fruto de mi pesimismo, o no sé valorar lo conseguido, o tengo falta de realismo político, quizá esté desfasada y no entienda que ahora la izquierda es así. Igual es que a la incipiente vejez soy cada vez más una inconformista disidente de alineación con toda sigla por indisciplina congénita. Quizá me falte sentido del humor para apreciar el circo de intercambio de cromos en nombre del mejor menos que nada, aunque ese menos ponga puertas a la protesta, tan necesaria para no estancarnos en la complacencia del menos da una piedra. Olvidando que el valor de una piedra depende de las manos que la sostengan y el manual de usuario, véase argumentario, que la acompañe. Lástima que hayamos acatado aquello de dos piedras con tanta resignación.

Y así asistimos a ver como aquellos partidos calificados de antisistema, de terroristas, de rompeespañas, se han aclimatado al hábitat del juego político nacional. Rebeldes sin rebeldía, que venden a sus parroquias sus logros ufanos por haber arañado superficialmente al monstruo. Un bicho insaciable que les permite presumir lo justo para que puedan seguir legitimando que el estado español es democrático. 

Hemos asumido que lo imposible no será posible si no le interesa a la guardia pretoriana de la estructura de detritus pétreos del reino de España. Y así nos pastorean, con más o menos garrota, desde un tiempo al que no alcanza nuestra debilitada memoria. El camino que nos marcan es el del precipicio de su ambición y si no reaccionamos acabaremos vencidos, una vez más, bajo una lápida de triste epitafio: Aquí yacen los que renunciaron a lo  imposible.     


lunes, 18 de julio de 2022

¡CIRCULEN! AQUÍ NO PASA NADA.

Es este un reino, de mucho cuento, en el que no dejan de sucederse hechos delictivos y luctuosos a toda máquina de triturar derechos, sin consecuencia alguna. En cualquier otro lugar tanto acontecer de sísmica vergüenza haría temblar sus cimientos, hasta en aquellos que son objeto de la sorna de racistas y xenófobos, esos que se congratulan de su historia de colonización y muerte, los patriotas de la solución rojigualda como principio y final. Pero Spain is different, ya lo dijo en 1960 Fraga, un fascista que ha pasado a la historia como buen demócrata, como tantos otros fascistas, pura marca España. 

Cada día se producen varias noticias terremoto con epicentro en la corrupción nacional ante la percepción general de normalidad, gracias a la desinformación de los medios de comunicación, que mantienen narcotizada a las masas en la calma chicha de sus sofás. Noticias que podrían generar artículos de profundidad capaces de hacer tambalear la decadente y carcomida estructura democrática del estado español, si fueran difundidos en pie de igualdad con las noticias a favor de obra del sistema. En el falso estado aconfesional español los milagros solo existen para los que siempre se sentaron con puro y copa en los sillones del casino. Aquí ya ni notamos las ondas de choque de la doctrina del shock a la que estamos sometidos. Los felices infelices son mecidos por las olas de mentira y tergiversación, acunados por los cantos de sirena de los altavoces mediáticos. Da igual lo que se destape, da igual la gravedad del asunto, todo tiene bastarda justificación, que los salve del hundimiento. Sin pecar de inocente optimista diría que tiempo atrás las noticias que nos asaltan hoy hubieran escandalizado bastante más al personal, igual hasta se hubiera salido a la calle para algo más que tomar una cerveza en una terraza. Quizá solo sirviera para paliar los daños estéticos del desastre, pero al menos salvaría la cara de la inexistente ética actual. 

Si tiramos de la hemeroteca de estos últimos meses podemos constatar que el nivel de inmundicia, inversamente proporcional al nivel de los embalses vaciados por los ladrones de las hidroeléctricas, podría haber ahogado a todos los estamentos del estado, si no tuvieran una capacidad heredada, desde más allá de la dictadura, para flotar sobre cualquier densidad. Aquí la escandalera se ha convertido en un factor episódico, carne de tira cómica crítica, en un calcetín agujereado de tanto darle la vuelta. El estado español podría protagonizar un anuncio institucional de papel de cocina absorbente bajo el eslogan lo resiste todo, sin, por una vez, faltar a la verdad. 

Todo esto bajo el signo del gobierno más progresista de la historia comandado por los que permitieron, que en lo sustancial, nada cambiara durante cuarenta años. Un gobierno que sigue apuntalando un sistema mortalmente enfermo, prolongando nuestra agonía. Mientras la película “Prebendas, mentiras y cintas de audio” busca colocarse en la lista de las más taquilleras sin lograrlo, se ha dejado tirados a los saharauis, se ha vuelto a matar en la frontera entre congratulaciones presidenciales, se ha organizado una cumbre de tambores de guerra mancillando al Gernika, se ha incrementado el gasto militar en medio de una inflación galopante, mientras se incrementan los beneficios de quienes nos estrangulan impunemente. Impunidad de bancos, de empresas energéticas, de empresarios de comisión y pelotazo, de jueces facilitadores y prevaricadores, de policías que trabajan reciclando la basura de los de arriba convirtiendo la democracia en un vertedero donde enterrar a los de abajo, incluso a aquellos que aplauden a quienes les sepultan en la mierda. Mientras tanto el taquillazo del año sigue siendo el drama protagonizado por el bufón de la corte yanqui “Intereses de guerra: ellos la hacen, tú la pagas”, una cínica excusa para justificar la involución y vasallaje de Europa. Pero según la progresía debemos perdonar estos pecados porque la alternativa es un viaje al centro del insaciable agujero negro del fascismo tras una victoria nada lejana de PP y VOX. Diferentes perros con el mismo collar, que el capitalismo neoliberal ha sacado a pasear por una Europa felpudo del patio trasero occidental de Estados Unidos. 

Quemados ante el suma y sigue de tanta noticia de extrema gravedad, que no logra cambiar absolutamente nada. Sofocados por la falta de ética y dignidad de las instituciones del estado. Abrasados por la explosión del oscuro sol de la corrupción que lo invade todo. Inflamados ante tantas mentiras que nos escupen a la cara para explicarnos que llueve. Somos muchas y muchos los que corremos el riesgo de arder involuntariamente por combustión espontánea. Solo espero que nuestro fuego sea capaz de encender la mecha mojada por un estado indecente, que arrasa con libertades y derechos entre amenazas, golpes y multas. Y mientras los termómetros atmosféricos suben por culpa del cabreo de un planeta tan maltratado como sus moradores, el líder sindical de cabecera del socio mayoritario del gobierno nos invita a disfrutar del verano, se le olvidó añadir aquellos que puedan. En la fábula del capital nos quieren hormigas a su servicio al tiempo que cigarras despreocupadas a su conveniencia, cigarras que, de seguir cantando las trovas mentirosas del amo, morirán a las puertas del invierno sin alcanzar palacio alguno. 


lunes, 28 de febrero de 2022

POLÍTICA DE GUERRA

Vemos todos los conflictos con nuestros ojos occidentales y muchas veces la imagen que queda impregnada en nuestras retinas no logramos procesarla debidamente. Lógicamente no voy a decir que yo sea clarividente en mi intento de obtener conclusiones, ni que mi opinión sea la acertada porque ni tengo toda la información, ni todo el contexto y no puedo dejar de ser subjetiva por mucho que me esfuerce en hacer un análisis crítico y ecuánime. Mi propio contexto histórico me posiciona, pero no tanto en un bando u otro sino en la manera de observar los acontecimientos.

Vaya por delante que soy completamente contraria a la guerra, a las guerras, a todas las guerras que se mantienen vivas o latentes en el planeta y de las que nadie habla, quizá porque quienes las sufren no son altos, guapos, rubios y con ojos azules, ni gestan niños como querubines de los que padres europeos puedan presumir. Cuando Rusia estaba en guerra con Chechenia o Georgia no se oyeron voces de No a la guerra o de debemos acoger a chechenos o georgianos. Puede que las víctimas de esas otras guerras que no ocupan minutos de televisión, no nos atañan y que ante la mirada occidental sean vistas como víctimas de segunda, daños colaterales asumibles de nuestro depredador estilo de vida.
 
La guerra es la peor cara de nuestra miseria moral porque las provocan y las hacen los explotadores en la dudosa paz. Tristes guerras las que se atrincheran en intereses espurios y no en ideales de justicia social. Nos dicen que esto es lo peor que ha vivido Europa desde la Segunda Guerra Mundial, pienso que los muertos, heridos y supervivientes de la guerra de los Balcanes no deben pensar lo mismo.
  
A veces es complejo determinar quien es el culpable del inicio de una guerra, normalmente suele haber más de uno, pero en este caso se postulan a causantes tanto la OTAN como la UE,  quienes encendieron la estopa ya hace tiempo, Rusia solo ha tenido que soplar. Eso me posiciona a favor del gobierno de Rusia? No, pero tampoco a favor del de Ucrania. Y no es neutralidad, ni equidistancia. Putin me parece deleznable y Zelinsky otro tanto, tonto útil, dos tarros de testosterona en las estanterías del supermercado de las estrategias. 

Tanto derecho tiene a defenderse Ucrania como derecho tiene Rusia a preservar una zona donde la OTAN no implante sus bases. Es curioso que los argumentos que se esgrimen para obligar a Rusia a no defender un espacio neutral de protección de sus fronteras no sean aplicados a EEUU, quien durante el siglo XX,  y más allá, se dedicó sistemáticamente a desestabilizar todo el continente americano al sur de su frontera. Golpes de estado, dictadores a sueldo, asesinatos, torturas, expolio económico, experimentos neoliberales, todo para defender su patio trasero del comunismo. Y menos a cuatro rojos revolucionarios y antiimperialistas al resto les parecía normal, el adalid del mundo libre tenía derecho a proteger su perímetro de la “invasión de los soviets”, aunque ya hubieran dejado de existir. Esta guerra hace revivir a un Joe Biden en horas bajas y ha sido la guinda del pastel para el anuncio de Trump de presentarse a las próximas elecciones. La OTAN no puede detener su avaricioso avance a pesar de los compromisos adquiridos y ahora de un modo u otro pagaremos las derivadas del conflicto.

Un termómetro lo encontramos en las series de ficción tanto americanas como europeas, en las  que de un tiempo a esta parte los villanos volvían a ser los rusos y Rusia, después de etapas de malos norcoreanos y chinos. Rusia era un objetivo y la coyuntura ha hecho que sea ahora blanco  del pim pam pum internacional con la aquiescencia de crítica y público. 
 
Lo lamentable de esta guerra es la narración de parte que se está haciendo desde muchos medios, todos interesados, y como cala el mensaje en la gente, más en un momento de auge de la extrema derecha. Parece mentira que nos trasladen un relato propio de la guerra fría, un imaginario donde Rusia es sinónimo de URSS, para que esta sea observada como el enemigo comunista. Así parece ser una guerra entre comunismo y libertad, entre Rusia y Ucrania, como si se tratara de un eslogan de la Ida. Ni Rusia es comunista, ni Putin es comunista, ni Ucrania es libertad, ni Zelensky un adalid de la paz. Pueden preguntárselo a los habitantes del Donbás. Pero no debemos extrañarnos, si en el Reino de España se ha conseguido ver con normalidad a VOX como un partido incluso más demócrata que otros del arco parlamentario, todo es posible, de hecho han sido los medios los que les han sentado en sus peligrosos escaños.
 
Siempre hay que ir a los antecedentes. Hay que preguntarse por qué no ha importado absolutamente nada que durante ocho años Ucrania haya estado bombardeando las repúblicas de Lugansk y de Donetsk. Políticamente no eran territorios rusos, por lo que estaba bombardeando a su propia población. Aun así durante ese tiempo no se oyó alzar la voz de la superioridad moral europea criminalizando a Ucrania y mucho menos se la sancionó. Debe ser porque quién daba las órdenes de lanzar bombas era él mismo a quien habían puesto en el poder derrocando al anterior mandatario. Sin hablar del papel mojado de los acuerdos de Minsk. Recordemos a manifestantes rodeando el parlamento ucraniano, de los cuales había quienes exhibían sin pudor simbología fascista y nazi. Y hablando de esvásticas no podemos olvidar el papel de la población ucraniana durante la Segunda Guerra Mundial y su participación activa a favor del III Reich y como hoy en día eso es asumido con normalidad “democrática”. Igual que olvidamos que unos veintiséis millones de soviéticos murieron para salvarnos del nazismo y que sin ese sacrificio hoy muchos de los actuales anticomunistas no estarían aquí por no dar el perfil de ario puro, o por tener algún defecto físico o mental, o por tener antepasados árabes o judíos en su árbol genealógico. Por aquellos años Estados Unidos tenía a los indígenas americanos en reservas y colgaba a personas negras como si fueran perros de las ramas de los árboles o las esterilizaba para erradicarlas de la faz de su tierra de sueños solo para blancos.
 
Eso nos devuelve al punto de la información, más bien de la desinformación, que sufrimos. Los adalides de la libertad nos prohíben informarnos a través de Sputnik o Rusia Today porque quieren protegernos de sus mentiras, que envenenan nuestras tiernas mentes, pero dejan que impunemente cadenas de todos los países de la unión europea contaminen nuestra opinión, mintiendo y tergiversando sobre cualquier cuestión, sometiéndonos a una sola visión de la realidad, tantas veces poliédrica y cada vez con un tinte más fascista. No hay que ir muy lejos para observar la basura de medios que nos acechan tras las pantallas y que nos sirven sus relatos de parte escorando a la opinión pública a sus posiciones, sin que nadie venga a salvarnos de ellos. Crónicas lacrimógenas y de exaltación patriótica antes de la tragedia enmarcadas en banderas del Batallón Azov, en las que han caído incluso medios que intentamos mantener al margen de la sospecha. Mientras tanto, nos omiten que los partidos comunistas están prohibidos en Ucrania y que en Rusia están en la oposición y bajo vigilancia. O como los movimientos sociales, comunistas, feministas, LGTBIQ+ y anarquistas son reprimidos a uno y otro lado de la frontera que ahora está en disputa. 

En los medios que sufrimos, cada veinte segundos emplean las palabras oligarcas rusos como quien grita que viene el lobo, pero no dicen nada de los lobbys, feroces, que también son oligarquía y que seguro están disfrutando con esta guerra vendiendo armas y servicios de todo tipo. Si tecleas en Google la palabra oligarca la mayoría de entradas hacen referencia a los oligarcas rusos. Si buscas oligarca en el diccionario te remiten a oligarquía, que definen como forma de gobierno en la cual el poder político es ejercido por un grupo minoritario o también como grupo reducido de personas que tiene poder e influencia en un determinado sector social, económico y político. En un ejercicio de honradez se debe admitir que no solo hay oligarcas en Rusia, sin ir más lejos aquí tenemos una buena lista, que hunde sus raíces en el franquismo. Pero, claro, quizá lo veamos así porque seamos comunistas o anarquistas, bueno, o gente de izquierda, o quizá solo progresista o aspirantes a librepensadores. 

Debe faltarnos objetividad a los rojos y por eso vemos con malos ojos que se envíen armas desde todos los países “libres” a Ucrania mientras no se envían a otros lugares del mundo. Un inciso para remarcar que llama la atención que Alemania sin ningún complejo se muestre como actor bélico, armándose y armando. Armas que no se pueden enviar a palestinos o saharauis, porque te dirán que son pueblos sin estado, pero no lo tienen porque no se lo han permitido quienes envían armas a Ucrania para defenderse de Rusia. Consecuencia de etapas coloniales de explotación amoral que en muchos sentidos continua y nadie se rasga las vestiduras, como sí lo hacen por el sometimiento que sufrieron por parte de la URSS las antiguas repúblicas soviéticas. Varas de medir tenemos, que aplicamos como queremos. ¿Pero qué pasa con las guerras que no salen en los informativos y que son contra pueblos con estado, como en el caso Yemen? Yemen lleva desde el 2015 siendo bombardeado en medio de una hambruna exterminadora, con bombas y aviones no solo de Arabia Saudí, europeos también, con minas Made in Spain inclusive. Esas son guerras que no existen, ni nos importan.

Y para acabar de rematar el cínico espectáculo de estos días los países europeos, entre ellos Reino Unido, aparecen en escena concediendo el beneplácito a que sus nacionales vayan a luchar por Ucrania, bueno más bien contra Rusia, cual División Azul. Fascistas del mundo uníos, que ahora sois héroes demócratas por la paz, lástima que haya fascistas en Rusia también, deben tener el corazón partido.  No queda tan lejos el tiempo en que antifascistas fueron a defender al pueblo kurdo del Isis y a su vuelta fueron juzgados y encarcelados, claro, debe ser porque el Kurdistán no tiene estado y/o porque eran antifascistas los brigadistas, terroristas peligrosos para las democracias occidentales. 

Son los estados básicamente los que están enarbolando la bandera ucraniana no tanto por defender al pueblo ucraniano como para debilitar e incluso derribar a Rusia. De momento no veo como en otras ocasiones al pueblo abarrotando las calles pidiendo el cese de la guerra como cabría esperar, máxime habiendo la cuestión nuclear de por medio. Este es un conflicto creado e instrumentalizado para debilitar a un rival cibernético, económico, actor político y con un mercado energético y de materias primas del que no se quiere depender. 

Seguramente los que lean este artículo puedan pensar que me quedo en la superficie y que no aporta nada nuevo, puede que sea así, yo no soy analista simplemente soy una ciudadana harta de tanto vómito mediático. Incluso alguien podrá pensar que soy pro-rusa, pero la verdad es que sería disidente en Rusia, disidente en Ucrania, tan disidente como lo soy aquí. 

Espero que llegue la paz y que tanto la población civil ucraniana como la rusa, como la nuestra, no tenga que sufrir los estragos y consecuencias de una guerra, que pase lo que pase,  será una derrota para las y los que no la desencadenamos.

Libertad para el periodista Pablo González detenido en Polonia a instancias de los servicios secretos ucranianos. Libertad de prensa.