LEY DE LA MEMORIA, PUNTO FINAL O LA COBARDÍA DE UN GOBIERNO

Cuando te comprometes a llevar adelante un proyecto tan necesario tienes que tener muy claro cuales son los objetivos, con que intención nace y que es lo que puedes poner en una mesa de negociación. Con lo que no se puede regatear es con los huesos de los que defendieron la libertad y la democracia. Esto no son las rebajas de unos grandes almacenes, si pretendes poner fin a una injusticia, al cabo de 7 décadas, tienes que tener el valor suficiente para dar el nombre correcto a cada cosa, no estamos después de tanto tiempo para eufemismos y tibiezas. Una ley que satisfaga a todos los grupos parlamentarios es imposible, pero es que la ley no tiene que contentar a sus señorías sino poner en su sitio los hechos históricos y dignificar a tantísimas víctimas que esperan desde hace tantísimo tiempo. Hay que recordar que esas muertes no tienen fecha de caducidad. No puedes empezar por poner un nombre a la ley de demasiadas líneas en que sólo falta poner al final: perdonen ustedes porque pretendamos hacer justicia.

Todos no somos iguales, no hablemos de dos bandos. No es igual un falangista que empuñó sus armas para derrocar un gobierno legítimamente constituido en las urnas que un republicano, socialista, comunista o anarquista que cogió un arma para defender la democracia. Si después de 70 años no somos capaces ni de hacer constar eso en una ley ¿qué clase de democracia tenemos?

A estas alturas no me hablen de reconciliación, ni de las 2 españas, ni de no removamos las cosas porque aún duelen, porque eso es lo mismo que admitir que no tenemos un gobierno sólido y podemos llegar a la conclusión de que este puede tambalearse a través de las amenazas veladas que hay tras esas afirmaciones. Podemos pensar que nuestra democracia no tiene la madurez suficiente y que todavía se deja influenciar por imágenes de tanques en las calles.

Si al PP no le gusta la ley pues que se aguante, a mi tampoco me gusta que ellos no condenen el franquismo y no hace tanto tiempo que tuve que aguantarlos durante 2 legislaturas, de muy triste recuerdo. No quieren ver los nombres de sus familiares en la lista de los verdugos, pero que no se preocupen por eso porque ahí coinciden con parte de la izquierda, en cuyas familias también hubo quien paseó y ahora prefieren olvidarlo.

Si en IU-ICV tienen problemas con el diccionario y nos quieren hacer pasar a todos por tontos, después de habérsele llenado la boca de la Ley de la Memoria para rentabilizarla políticamente y a última hora darnos la patada, pues que hagan una colecta para comprar un Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y que miren el significado de ilegítimo e ilegal.

Que el PNV ahora quiere sus papeles, pues que se los den porque tienen todo el derecho del mundo a exigirlos. De hecho Salamanca tendría que tener digitalizados todos los documentos de su fondo para poderlos consultar en red y libremente, y de este modo devolver todo lo que hay allí a sus legítimos dueños, que ya viene siendo hora. ¿Cómo se puede llamar archivo a un conjunto de papeles que fueron reunidos para perseguir, encarcelar y asesinar?

Que CIU salga ahora a pedir que se hable de los desmanes de los republicanos en una ley, que pretende hacer justicia a los que luchando en una causa legítima fueron vencidos y a los que continuaron su lucha durante la dictadura, me parece una broma de mal gusto. Sólo falta que también se utilice la ley para volverlos a criminalizar, ya han tenido bastante los defensores de la República con 40 años de escarnio en los que han sido denostados y 30 años de olvido.

Parafraseando a Siniestro Total, menos mal que nos queda ERC, que espero que no se venda en última instancia a cambio de alguna pequeña victoria que puedan exhibir ante los suyos, deseo y confío que no sea así.

Y al PSOE decirle que es decepcionante que después de ilusionar a la gente con una ley tan anhelada, sea tan cobarde como para plantear un sucedáneo de ley que descontenta a todo el mundo. En su arrogancia pensaba que podía sacar adelante semejante proyecto y que recibiría nuestro beneplácito, en que poca estima nos tiene.

Lo peor de todo es el miedo, el no atreverse a hacer una ley que verdaderamente contente a quien tiene que hacerlo, a los que ya no están y a sus herederos biológicos y políticos. Estamos hablando de un documento que se encargue de anular los Consejos de Guerra sin excusas, de condenar el Golpe de Estado del 36 sin paliativos, que no hable de dos bandos, que no hable de los símbolos equiparando el yugo y las flechas de las fachadas de muchos edificios con un monumento a los republicanos muertos en combate, que hable de ilegalidad, de crímenes contra la humanidad, de campos de concentración dentro y fuera del país, del derecho a conocer lo que pasó - con nombres y apellidos - con los ciudadanos de la República, que abra las puertas de los archivos a todo el que quiera saber, que identifique las fosas y los cuerpos que contienen, que no ponga a la República en entredicho y que hable de la lucha antifranquista, de guerrilleros y obreros, para que no pasen a la historia como bandoleros o delincuentes.

Tenemos un Rey por la gracia del dictador. un PP heredero del franquismo que hace la vista gorda con la extrema derecha, que se siente arropada en sus filas. Una parte del ejército que añora tiempos en los que nosotros estábamos a su servicio, no ellos al nuestro y que amenaza con tomar ciertas medidas llegado el caso. Unos nacionalismos de derechas que no les hacen ascos a ninguna sigla, si de esta consiguen lo que necesitan, que suele ser quererse perpetuar en el poder más que beneficiar a sus naciones y a sus ciudadanos. Y una izquierda miedosa, que piensa más en agarrarse a sus sillones que en los que cayeron en combate, a los que asesinaron, fueron encarcelados, torturados, exiliados, .... por defender la República. Y eso es lo más lamentable porque de los primeros no esperábamos nada, pero de los últimos todo. Después de demorar tanto esta ley - que ya tendría que haberse hecho en los 80, que seguramente hubiera limpiado las heridas que ahora estarían cicatrizadas y que hubiera enfortalecido el sistema democrático- esperábamos que honraran a sus propios muertos y que no echaran más tierra sobre ellos, a cambio de seguir con sus vidas y sus cargos, que son nuestras cargas.

De nada me sirve que aparezca el político de turno, que cuando le interesa no hace ascos a la tricolor, en un acto de la Recuperación de la Memoria si no está dispuesto luego a dar la cara para defender una ley que no sea un insulto a los nuestros. No queremos una ley de punto final que dé carpetazo a un tema que afecta a tantas familias en este país. Si esta ley sigue adelante en los términos que está planteada en la actualidad, sería mucho mejor que no se aprobara, pues no nos quedaría más alternativa que ir a los tribunales internacionales, teniendo que pasar la vergüenza de admitir que aquí no somos capaces de hacer justicia. Tendremos que tomar ejemplo de otras democracias más jóvenes pero con más agallas que nosotros para lidiar con su pasado, a pesar de que desde nuestra ignorancia y arrogancia nos creamos que somos mejores que ellos.

Espero que las Asociaciones para la Recuperación de la Memoria estén a la altura y planten cara a esta ley, que haya unidad y determinación para conseguir que semejante insulto no se consume, que piensen porque motivo fueron fundadas y que no se conformen con la actuación local. Ha llegado la hora de movilizarse y de protestar con una sola voz bien fuerte. Las víctimas del terrorismo franquista tienen el deber y el derecho de salir a la calle como lo han hecho otros ¿o es que va a ser más Carrero Blanco o Melitón Manzanas que Lluís Companys o Alexandre Bóveda? Y si la opinión del pueblo no les interesa que piensen en las elecciones, y si aún así siguen sin interesarle, que piensen en que utilizaremos los tribunales internacionales correspondientes para seguir con nuestra lucha porque es justa y legítima.

Memoria, Salud y República.