Es curioso esto del pecar, porque depende en que punto geográfico lo hagas o del estatus de quien peque se tratará de pecado venial o pecado mortal. Seguro que muchos de ustedes se habían llevado a engaño pensando que esto dependía del grado de gravedad de la falta cometida. Eso dice la oficialidad, que ya se sabe que sólo es creída por los ilusos o ilusionados ante los beneficios de la fe, porque hay que tener mucha fe para creer en varas de medir que adaptan su medida a requerimiento, según la circunstancia.
A modo de ejemplo y para que se entienda mostraremos varios casos en que a igual pecado, o mayor, es considerado venial o mortal, arbitrariamente, según sople el viento de los intereses del poder político y económico, que viene a ser lo mismo.
Empecemos por la Iglesia, inventora del concepto pecar. Si la curia vaticana en pleno sodomiza a la mitad de los niños del planeta es un pecadillo venial, de esos que implica la debilidad de la carne, siempre que esta sea masculina, ilustrándonos sobre cual sexo es el débil por si albergábamos alguna duda. Este fallito sin importancia es saldado con un desplazamiento geográfico y un no lo vuelvas a hacer o por lo menos ten más cuidado, que nos perjudicas con la publicidad negativa. Pero como la cabra tira al monte, donde llega este ministro de dios vuelve a insistir en lo mismo y así puede estar viajando por el mundo por sécula seculorum como un turista sexual, sólo que gratis. En cambio, si usas preservativo para evitar tener un hijo en medio de la miseria o la enfermedad, para proteger tu propia vida y la de la persona que quieres, es pecado gordo, si lo usa el cura del que hablábamos antes es un acto de inteligencia porque una cosa es ser pervertido y otra ser tonto. Si abortas cometerás un pecado mortal de arderás por varias eternidades hasta tu total calcinamiento, si traes un hijo al mundo para morir en su primer año de vida irás al cielo.
Falsos positivos en Colombia. Que cada dos días sea asesinado por el gobierno colombiano un o una activista por los derechos de los campesinos, los pueblos indígenas y los derechos humanos es peccata minuta, ya se sabe que es un error sin mala intención, lo habían confundido con algún guerrillero de las FARC (eso quiere decir que matar guerrilleros no es ni pecado) y luego se habían dado cuenta de que se habían confundido. En cambio, si un preso común elevado a preso de conciencia (esto no es una crítica, casi todos deberíamos aspirar a este estado) se muere en una huelga de hambre en Cuba, emprendida sin más coacción que la de la gusanera, es pecado mortal de arderás en el infierno para rojos, que es el que más calienta. Pero no en todo el territorio cubano, en Guantánamo, centro vacacional estadounidense, donde la tortura es gratuita, allí existe el pecado consentido porque como le queda poco y ahora gobierna Obama, ya no es lo mismo. Para qué hablar de cuando aquí gran parte de la población patria jaleaba a de Juana Chaos para que siguiera con su ayuno hasta la muerte, criticando que se le ofrecieran cuidados hospitalarios, claro, este había matado e iría al infierno de cabeza. Pero que pasa con todas las huelgas de hambre llevadas a cabo por el preso político anarquista Amadeu Casellas e ignoradas por los grandes medios, qué pasa cuando por un error de cálculo sin importancia cumple 8 años de más en prisión de lo que le correspondía, eso no llega ni a pecadillo de infante. Muertes de miembros del GRAPO y otras por huelgas de hambre varias son pecados caducos ya expiados.
Adjudicación de pecado triple mortal con vuelta al infierno del gobierno venezolano, con Belcebú Chávez, a la cabeza por el intento de asesinato del mandatario amigo del narcoparamilitarismo, Uribe (el de Colombia, recuerden, pecado venial), a través de las FARC y ETA. Buen argumento para un culebrón político. Pecadillo simpático la desaparición durante un año de Jon Anza tras haber muerto en un hospital francés tras 11 días de paradero desconocido, justo cuando algunos miembros de las fuerzas de seguridad del estado estaban de vacaciones en Toulouse, donde se dejaron olvidadas sus armas reglamentarias con las prisas, o eso se comenta. Pecado putrefacto decir o pensar que estos dos actos están relacionados, así lo ha dicho mosén Rubalcaba, máximo dispensador de castigos y bulas del estado, mensaje para los herejes que no siguen a pie juntillas la doctrina del poder establecido. Mientras tanto Roldán y Galindo pueden pasear a sus animales de compañía por Zaragoza y contarse algunas anécdotas, como aquella de la cal viva.
Enaltecer y preservar la memoria de los asesinos fascistas y los que en connivencia con ellos se enriquecieron con la esclavitud de los antifascistas defensores de la legalidad republicana y el robo de su patrimonio, es un pecadillo sin importancia y necesario, porque ya se sabe que a veces hay que pecar un poco para evitar el gran pecado. Qué son miles y miles de muertes, miles y miles de represaliados y exiliados para evitar la Sodoma y Gomorra de la República, nada ayer, y nada hoy, porque las víctimas del fascismo siguen ignoradas y abandonadas mientras los verdugos gozan del perdón, de la impunidad y hasta del reconocimiento por haber evitado una catástrofe mayor, el caos rojo. Pero defender la memoria y exigir los derechos de los que lucharon por la democracia y la libertad hasta las últimas consecuencias, eso, es un pecado maximus, castigado con la pena de la acusación de revanchismo, la limosna política, el insulto de unos y la indiferencia de otros. De todos es sabido que el hecho de que un exaltado oprimido, explotado y vejado generación tras generación mate a un cura es un pecado estratosférico, pero que un estado fascista, con una maquinaria de muerte bien organizada y engrasada, degüelle a una niña porque no le guste su nombre, es evitar la tentación del maligno que habitaba en ella.
Si el Mosad secuestra y asesina allén de sus fronteras a cualquier personaje que se le antoje, por considerarlo enemigo del estado de Israel, es pecado anecdótico, no porque suceda poco, sino porque se cataloga en el apartado te voy a contar una anécdota buenísima. Si un niño tira una piedra a un soldado israelí y le abre la ceja es pecado contra la autoridad, o sea, grave de verdad, y si en su desesperación se inmola no hay instalación en el infierno lo suficientemente castigadora para él.
Pecados domésticos. Si el vecino del quinto es un borracho que pega a su mujer y a sus niños, grita y pone la tele a un volumen que hace temblar el edificio cuando juega su equipo favorito o cualquier otro, o sea todos los días, tira las colillas por la ventana y escupe en la escalera es pecador venial si se compara con el vecino del tercero. Éste tiene 5 hijos y vive con su suegra y un hermano y celebran una fiesta de cumpleaños cada mes con música y cantos, no rinde pleitesía a sus convecinos y sale de su cocina olores no reconocibles, o sea, es pecador mortal. El autóctono no peca, tiene deslices, el extranjero peca hasta por respirar, palabra de dios. Luego dicen que este nos hizo a todos iguales ¡¿?! y a su imagen y semejanza, debe tener un cuerpo multicuerpos o tener aspecto de patchwork, así como múltiples personalidades e imagino que un buen psicoanalista. Cómo creer y no volverte loco.
Si una gran empresa multinacional hace un vertido tóxico en un río del tercer mundo, matando a todo ser vivo que se acerque a su cauce, es un pecadillo, porque al fin y al cabo se les ha escapado, o no, pero carece de importancia. Si un familiar de un muerto por ese desliz ecológico se orinara en los zapatos del mandatario político, que protege los intereses de la empresa, sería pecado mortal por premeditado y no tener en cuenta el daño causado al calzado con cuyo precio comería todo su pueblo durante un año. Si una hidroeléctrica española provoca que un chico del pueblo mapuche sea asesinado por la espalda es un pecado por el bien común de sus accionistas, o sea, de medio padrenuestro, si este pueblo se enfrenta a la susodicha hidroeléctrica, para defender sus derechos y su tierra, es pecado mortal por enfrentarse al progreso, el progreso económico de los que se benefician del robo y la extorsión.
Si miles de mujeres son asesinadas en Ciudad Juárez es pecado invisible, porque ¿qué hay más invisible que una mujer pobre y no blanca?. Si violan y asesinan a la hija del gobernador de Texas de excursión en México es pecado mundial, o sea, que se vería en todas las televisiones del mundo, el asesino sería extraditado y premiado con la inyección letal. Si varios negros y encima musulmanes se ahogan al caer de la patera porque el yate del rey les ha embestido, sin dignarse a recogerlos, se trata de pecado eugenésico regulador, porque como hay muchos. Si el rey es tirado por la borda por uno de los supervivientes de la patera es pecado contra la corona y pena real, aunque el arrojador no supiera a quien lanzaba al mar, pues qué iba a suponer el pobre ignorante que un monarca iba a ir beodo, desnudo y con un séquito tan original.
Si en cientos de países, a los que no conocemos más que de desfilar con sus banderas en los juegos olímpicos mientras comentamos el exotismo de sus trajes, se vulneran todos los derechos humanos cometen pecado venial, si son explotados por países del primer mundo, y pecado mortal, si carecen de recursos de los que ser expoliados.
Y podríamos seguir hasta la eternidad pero tendrán mejores cosas que hacer que leer algo ya más que sabido, que el fascismo, monstruo polifacético, campa por sus fueros y por los nuestros mientras ante el atontamiento general pocos son los que hacen algo para combatirlo.
Los altavoces del poder, denunciantes de pecados, son muchos, variados, interesados y manipuladores, están entre todos los sectores y se presentan bajo variopintas fachadas, algunos con su disfraz de progres, un tanto ajado por los años de uso y que les ha servido para mantener contentos, tanto a unos como a otros, pues son inofensivos y adaptables. No los escuchemos, pues sólo quieren confundirnos, alterar nuestra escala de valores para que comamos de la mano que mece el mundo y convencernos de que el poder que gobierna el planeta no peca, que quien lo hace es el oprimido y el que no pueden oprimir pero les encantaría hacerlo, estos son para ellos pecadores reincidentes, amigos del maligno, que pecan hasta por omisión.
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