No se puede hablar más que de estupor después de la comparecencia del Conseller d'Interior en el Parlament de Catalunya. Pero no sólo por sus preocupantes palabras, por sus mensajes contradictorios, por su falta de altura política y moral, que comparte con los responsables de este Govern de CIU, por su discurso inconexo impropio de una persona que lleva tanto tiempo viviendo de la política, y que tendría que haber desarrollado habilidades oratorias para engañarnos con un poco más de coherencia. Su intervención fue patética y alarmante. No sólo estoy preocupada porque el señor Conseller tenga una idea perversa de lo que debe ser una policía democrática, porque se lleve a confusión diciéndonos que un cuerpo policial punitivo, no al servicio del pueblo sino el pueblo a requerimiento de sus órdenes como en tiempos de la dictadura, que es lo que nos vaticina a partir de ahora, es lo que se espera de una policía de un estado democrático. No sólo estoy más que preocupada por esto, sino también por la actitud de parlamentarios que no pidieron la dimisión del Conseller y que se deshicieron en loanzas a la Polícia Nacional de Catalunya. Y ¿por qué es preocupante? pues es evidente, porque no se puede dejar de lado la responsabilidad de los mandos del cuerpo por haber montado un operativo, que no puede ser más que criticado por inoperante y arriesgado, ni la acción de los antidisturbios por su exceso de fuerza totalmente desproporcionada hasta luxarse ellos mismos por su saña. Esto no deja de lado que los primeros responsables son los cargos políticos: el President por haber escondido la cabeza debajo del ala de su Conseller d'Interior, el propio Conseller y el Director General de Policia, un personaje que dificílmente después de escuchar sus argumentos puede uno pensar que tenga capacidad para ocupar cargo de responsabilidad de algún tipo. Se le hace un flaco favor al estado que llaman de derecho ensalzando un cuerpo policial cuando toca reprobar su conducta, pero parece que ciertos grupos parlamentarios están por mantener una postura de aprobar todo lo que venga de la que se considera la propia policía como si fuera un ente que funcionara en paralelo y no a las órdenes del Govern. Este disculpar acciones incorrectas por parte de ciertas unidades del cuerpo hace que ya no se oculten ciertos comportamientos y que se actúe delante de las cámaras mostrando conductas improcedentes a luz y taquígrafos dando la sensación de que por no llevar número aquí nadie paga. Debieron confundir los parlamentarios lo de autonómica con autónoma, lo cual es un disparate democrático catastrófico, y lo digo porque la actuación policial según ellos no estaba bajo sospecha y tenía que ser aplaudida. La policía debe ser un servicio público a las órdenes del pueblo a través de sus cargos electos; no es el pueblo quien en democracia deba cumplir sus órdenes, seas las que sean, como pretende Puig. La policía debe ser criticada, ya sabemos que su funcionamiento dista mucho de un modelo democrático porque no está en su naturaleza, pero sí que se han de atener a respetar los derechos de ciudadanos pacíficos más allá de la constitución monárquica porque hay algo que se llama derechos humanos y que se debería estudiar con ahínco en las academias policiales. Tienen que asumir las críticas, tomar nota y rectificar y no dejar que conductas impropias: violencia gratuíta, racismo y brotes fascistas queden sin castigo porque la impunidad es una fiera que se crece sola. ¿Tienen miedo los políticos de decir las cosas como son a las cuerpos policiales? ¿es este un mundo al revés? porque esto recuerda tiempos no tan lejanos y cada día más cercanos y eso sí que nos tiene que dar miedo a todos.
De qué sirve que el Conseller se haga responsable de todo si no piensa dimitir, ni dar un paso atrás en su discurso impresentable, ni a presentar pruebas en sus comparecencias, eso no es responsabilidad eso es impunidad a ojos vistos. El señor Puig tiene que dimitir, los Mossos d'Esquadra admitir sus graves errores en vez de enviar a sus sindicatos a dar ruedas de prensa donde se permiten decir que los Mossos temieron por su vida. ¿Un cuerpo especial, preparado, equipado y armado asustado por ciudadanos indefensos que habían sido despojados de sus pertenencias oficialmente, golpeados y conculcados sus derechos? ¿Y esta era la policía más democrática del estado español? no me gustaría saber como son las otras, bueno ya he visto hoy a la Nacional en Valencia ... Que hagan los deberes los Mossos porque la ciudadanía la percepción que tiene de quienes dicen están para protegernos y servirnos es cada día más nefasta y eso perjudica a quienes llevan el número puesto y se esfuerzan en hacer bien su trabajo respetando a los ciudadanos que pagan sus salarios.
Y que no piensen los señores políticos que somos tontos y que no sabemos que en la intervención de ayer pesó más la futura configuración de los ayuntamientos dudosos que nuestros derechos. Nada nuevo bajo el sol , pasen y vean el circo.
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