Hay gestos que delatan, como los dedos acusadores, dedos que en este caso recuerdan al de Colón que, señalando el Nuevo Mundo, abrió una senda para el expolio y el genocidio de los pueblos descubiertos. En el 2007 el monarca no puede pretender que les rindan pleitesía los gobiernos de unos países que supuestamente se han liberado del yugo de la metropoli. Pero pasa como con todas las películas de éxito de taquilla, no de calidad, que tienen segundas partes, casi siempre malas, y en este caso la segunda parte del "Descubrimiento de América" la protagonizan esos lobos con piel de cordero que son las empresas españolas, que el gobierno defiende para que sigan con su expolio y sus prácticas nada éticas. Volvemos al tema eterno quién tiene que ser defendido ¿el capital sin escrúpulos o el ciudadano sin recursos?
El rey que muchos españoles definen como suyo, bueno, desde el punto de vista de que cuando uno paga adquiere un derecho de compra y propiedad sobre el objeto por el que desembolsa sus euros, todos tendríamos nuestro trocito de monarca. Aunque algunos lo hacen tan gustosamente que parece que lo hacen a través de la campaña "ni un monarca triste, adopta a un monarca" para que no le falte su yate, su palacio, sus fiestas, sus cacerías y más ahora que vienen fechas tan emblemáticas como Santa Constitución. A ese rey no se le ha pegado el talante de su compañero de viaje, quien esta vez ha querido ser más papista que el Papa y ha puesto en peligro las relaciones internacionales para defender al conspirador Aznar.
En Chile el monarca señaló con su dedo a Chavez y lo mandó callar. ¿Este es el rey que tan bien desempeña sus funciones de embajador de España por el mundo, con su desparpajo y su gracia? esa simpatía y saber hacer, que Franco escribió en las tablas de la Transición y que Juan Carlos bajó del desván de la Zarzuela, como Moisés del monte Sinaí.
No sé si el acto de alta diplomacia llevado a cabo por el monarca cuando se levantó de su asiento por no poder soportar que los demás se expresen libremente, fue por odio a Chavez, por defender a Zapatero o por defender a Aznar. Si lo hizo por este último, que no se caracterizó nunca por respetar a la monarquía y que desafió a la nobleza del país casando a su hija con los fastos de una princesa, verdaderamente sería bastante penoso. Aunque puede que lo hiciera pensando en las próximas elecciones, no querrá enemistarse con el que maneja los hilos en la sombra de la derecha reaccionaria de este país, ya tiene bastante con Losantos.
Lo de Zapatero si fue un gesto electoralista que le ha traído como consecuencia el que haya tenido que poner la otra mejilla para que Rajoy le diera a gusto. Dejemos de complacer a la derecha porque ni sus políticos ni sus votantes van agradecerlo, ellos están como siempre en las trincheras acechando hambrientos el poder, para desde allí recrearse en un modelo democrático al estilo del nacional-socialismo alemán de los años veinte.
De todas formas si el monarca ya no está para aguantar nada y como un niño al que no le dejan ganar abandona el juego, que vaya preparando su equipaje porque vienen tiempos contestatarios. Que no se preocupe por su reputación pues ya hay antecedentes de huída en la familia, sólo espero que si se diera el caso, la historia no nos regale otro dictador que pusiera a un nieto suyo en el trono. De todas formas, y por eso de las repeticiones, aconsejamos a los príncipes que mantengan las cosas de cazar lejos del alcance de los más pequeños.
Con gestos reales como estos, la República está cada vez más cerca. Gracias majestad.
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