Tras los hechos del pasado domingo en Madrid sólo nos queda exigir a las autoridades competentes que dejen de amparar las conductas xenófobas de los fascistas, concediendo autorizaciones para manifestaciones que no se pueden permitir porque atentan contra las leyes del Estado.
La repercusión de esta muerte es escasa aunque su gravedad sea máxima, no es una reyerta, ni una pelea entre gente joven, es el fascismo que subyace en esta sociedad y que se realimenta de la cobardía de unos y de la permisividad de otros. Tanto unos como otros son culpables de estas conductas.
Por quemar un cajero puedes encontrarte en la Audiencia Nacional porque eres un terrorista y por matar, maltratar, vejar y dejar parapléjico al prójimo, porque no te gustan sus ideas o el color de su piel, puede ser que estés en tu casa a la espera de juicio.
Dónde está la escala de valores de esta sociedad y de sus políticos? Qué clase de mundo estamos construyendo dónde todo vale si sirve a nuestros fines? Esta falta de conciencia ciudadana y nuestra débil democracia son un caldo de cultivo para todas esas conductas que los optimistas pensaron que murieron el 20 de noviembre de 1975.
Regeneración democrática y sentido común.
III República ya!!!
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