El Mundo se lanza a por la Transición. Conmemoraciones aparte, debe poner nerviosos a ciertos sectores que los grupos memorialistas se atrevan a hablar sin tapujos de lo que ha supuesto para la recuperación de la memoria una transición hecha a medida por el dictador, en primera instancia, y por los que se reciclaron en demócratas, en un cursillo de 24 horas hecho por correspondencia. De la noche a la mañana el franquismo se olvidaba, seguía vigente bajo el nombre de monarquía parlamentaria y se atrevieron a llamarle democracia. Para los republicanos la Transición fue una puñalada trapera a la legalidad y a la justicia que se merecían los muertos y los vivos. Ahora, me aventuro en mi maldad, a que vendrán a vendernos esa transición tan conocida por todos, ese modelo que a estas alturas está más que demostrado que es inservible para asentar bases sólidas para una democracia real. Que sea Victoria Prego la encargada del maquillaje es garantía de más de lo mismo. Los que ya vimos en su día su trabajo sobre esta etapa inacabable, los que masoquistamente vieron su oportuna reposición hace poco en la televisión pública (coincidiendo con un período poco propicio para la realeza), convendrán en que nos van a contar el cuento de siempre. El cuento de la generosidad, de la reconciliación, del buen hacer de ciertos personajes y de un rey que hizo posible una transición infinita sin visos de resolver asuntos, que a fuerza de querer enterrarlos, han surgido de la tierra. Han surgido como los huesos de los desaparecidos cuyos nombres aparecerán en la Audiencia Nacional de mano del juez Garzón, que esperemos no deje esto a medias como ha pasado con otros casos que han pasado por sus manos. Esos huesos quieren justicia y los que se sienten unidos a ellos también.
Nos toman por masa sin criterio, maleable, piensan que somos como los girasoles ciegos que no ven la luz, los girasoles de Alberto Méndez y de José Luís Cuerda, libro y película que recomiendo desde aquí. El libro por su contenido, por su estructura y por su brillante narración. La película porque a pasa a ser de las pocas que se han hecho sobre la represión franquista respetando a los protagonistas de la misma. Tras el fiasco de las 13 rosas, la adaptación de Rafael Azcona del libro de Méndez es fiel, trasladándote a un mundo donde muchos tuvieron que condenarse a la auto privación de libertad para salvar la vida y pagaron un precio por la libertad muy alto. Este verano me contaron la historia de un hombre que ante el pavor a que vinieran a buscarlo los fascistas se colgó en su casa, era el vecino de un familiar, una víctima del franquismo que nadie computará.
Esperemos que pronto podamos ver un trabajo que ponga a la transición en su sitio, que nos explique las verdades que tenemos derecho a saber, que desmitifique un período histórico vergonzoso y que ponga a los personajes que intervinieron en ella en donde corresponde. No me vale una transición de pelillos a la mar y a partir de ahora somos todos hermanos, sobre todo si hay un pastel económico y de poder a repartir, y menos aún si para eso hay que aceptar una corona que nos parasite.
3 comentarios:
Cojonudo 100 X 100. Salud
Rodri:
No he visto la película, ni leido el libro. Prometo hacerlo esta misma semana. Al menos con el libro, después la peli.
Gracias por el artículo sobre el tema y, principalmente, la "transi" de los...
Yo creo que la CIA ya ni se acuerda y los "palanganeros" que acompañaron procuran no tocar el tema. Salud y III República, que es lo que toca en estos tiempos difíciles.
Yo he leído el libro y he visto el film. Ambos me parecen excelentes. Una buena muestra de la represión franquista y del papel de la Iglesia en todo ello.
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