Por fin salen en los papeles como culpables. El auto de Garzón aunque sea tumbado por la fiscalía marca un hito. Un juez de
¿Qué sentirán aquellos miembros de falange de gatillo fácil y mano ligera que han sobrevivido a su Caudillo? Algunos cuelgamedallas pueden sentirse incómodos cuando salgan sus nombres a relucir en los listados que pide Garzón.
Ya es hora de conocer todos los nombres, los de todas las víctimas y los de todos los verdugos, que carguen con su responsabilidad, que han vivido muchos años de gloria franquista y monárquica transicional. Que la amnistía, que irónicamente dice mi amiga Montse, que pensábamos era para sacar a los nuestros de la cárcel era en realidad para eximir de sus crímenes a los esbirros de la dictadura. Pues bien, una ley de amnistía no puede saltar por encima de los imprescriptibles crímenes contra la humanidad. Y tengo una mala noticia para los que piensan como el señor Saura que todas las víctimas son iguales y todas necesitan la misma justicia. Que los que se posicionaron en el bando de los golpistas ya recibieron reparación judicial, moral y económica y que ahora no quieran comer de nuestro plato, que no vamos a compartirlo. A esto el inmortal Fraga se mueve nervioso en su silla por aquello de cuando veas las barbas de tu vecino.... acuérdese de Vitoria.
En esas listas van a salir el nombre del papá, del abuelo, del tío, de los de todas las casas independientemente del color de las mismas, porque en todas se cuecen habas, y muchos deben estar llamando a mamá preguntándole si el abuelito mató a alguien.
Que se abra esta gran fosa que es este país y que salgan todos los huesos, los restos de nuestros muertos, de todos los que buscamos justicia. Y que pesen sobre las conciencias de aquellos que aún la conservan y que pidan perdón, que nosotros no vamos a ponerlos contra una tapia como hicieron ellos.
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