¡Súbditos estamos en estado de alarma!, lo decretó y redecretó un gobierno que se sigue haciendo llamar socialista y lo rubricó el monarca campeón de la democracia. Pero los que aspiramos a ser ciudadanos deberíamos estar en estado de alerta con nuestros rádares desplegados para captar entre tanta desinformación aquellas ondas que nos hablan de los malos tiempos que aún están por llegar. Pues andamos por los centros comerciales comprando más deuda familiar sin saber que bajo este estado de alarma podemos vernos limitados en nuestra circulación, si estiman que no debemos estar en ese lugar, practicarnos la requisa de lo comprado, ocupar la zona o racionarnos el consumo de artículos de primera necesidad, todo esto por la fuerza de nuestros cuerpos de seguridad del estado y nuestras fuerzas armadas. Mientras la derecha más fascista de los últimos tiempos asciende a los escaños y crece en popularidad, este gobierno superado por esa crisis, que menos mal que no existía, sigue aplicando medidas salvajes para que la paguen los que están ahogados en ella. Es inaudito ver como le han tendido la alfombra roja a los depredadores mientras los medios de masas, ajenos o de casa (cada vez menos), gritan desde sus púlpitos que no había otro camino. Un gobierno que en estos últimos tiempos se ha mimetizado con las actitudes fascistas neoliberales de tal modo que es imposible distinguirlo de la oposición de una grande y libre, que calla y otorga con gran satisfacción.
Estoy en estado de alerta desde antes de que tuvieran a mal aplicarnos su medicina, ante su pésima gestión de problemas que han hecho crecer y multiplicarse. Quizá todo esto intencionadamente. Llevo varios años en estado de emergencia alarmada ante las tragaderas del personal que no para de saltar por el aro, cada vez más estrecho, que el gobierno marioneta de los mercados nos coloca delante, sin ser conscientes que llegará el momento que nos quedáremos atrapados en ese círculo vicioso. Quizá entonces se forme tal tapón que la presión de los que están a la cola haga que la situación explote y la ira haga que las uvas del 2011 nos las comamos en el Palacio Real. Perdonad, me había quedado dormida y estaba soñando.
Este 2010 será recordado con el sobrenombre de la tijera, si empezamos a enumerar y recitar todos los recortes sufridos, hasta en nuestra dignidad, (reforma laboral y sus secuelas, los 426 euros, las pensiones, el 5%, l’Estatut, los derechos humanos, los derechos ciudadanos, la libertad de expresión…) convertiríamos esto en una letanía alarmante de supresiones, de subidas y escaladas (iva, luz, los beneficios de los culpables, la represión, los desahucios, los millonarios kilómetros del AVE … la poca vergüenza). Para el 2011 seguro que nos desean la prohibición del derecho a huelga, el despido de más trabajadores, funcionarios incluidos, el despido libre-caída dura, el recorte de las pensiones mientras los señores diputados se garantizan y blindan las suyas.
Pero compañeras y compañeros de penas ¿hemos tocado fondo o podemos caer todavía más bajo? me gustaría pensar que no para no caer en el abismo de la depresión. Ahora voy en la montaña rusa del que no se deja arrastrar por la desidia del de a pie, del desánimo al cabreo y viceversa sin pasar por la euforia de ver la solución. Como muchos otros polimilitantesactivistas de las miles de causas por las que luchar. Injusticias cuyo origen tiene unos únicos responsables que sólo podremos derrotar si nos unimos, es urgente, antes de que nos arrasen con su política de tierra quemada contribuyente silenciado.
Se abrió la veda meses atrás y ahora la caza de moscas es a cañonazos y caen a miles, nuestras bajas son innumerables y silenciosas. No aparecen en los medios de desinformación masiva los que acaban con su vida porque no pueden hacer frente a embargos o a la precariedad que Papa Mercado y Mamá Crisis les trajo las anteriores navidades, mientras decían crecían los brotes verdes. (Y salen a la palestra las organizaciones de la Iglesia diciendo que no tienen medios para alimentar a tanto desahuciado del sistema capitalista del que participa la jerarquía vaticana y patria, y del que recogen también sus beneficios. Ay señor! Llevátelos pronto!) Así nos ven, a los atados a esta monarquía, que no sabe de crisis porque ya la aguantamos nosotros por ellos, como moscas que han mandado a la mierda, desoyendo las recomendaciones del refranero que dice que hay que atraparlas con miel. Por eso, todo nos sepa a hiel a los que tenemos conciencia de lo que está pasando y pasará, medidas excepcionales y de excepción que auguran más recortes democráticos, sociales y que dejarán eso que llaman estado del bienestar en estado de malestar o simplemente en estado, o peor aún, en estado de sitio.
Anecdotario:
Ayer en el telediario contemplé con estupor como en medio del relato de las alegrías de los agraciados con la lotería dieron una noticia nada subliminal donde aconsejaban a los premiados que debían hacer con su dinero. Agudicé el oído, la recomendación era diversificar las inversiones, que si en bolsa, que si en deuda interna y externa, que si no vendría hacienda y les crujiría. Animando al recién rico a defraudar y entrar en el sistema que los mercados nos ofrecen para que nos juguemos nuestros cuartos. Al cambiar de canal horrorizada por lo visto me encuentro con que el Ministerio de Sanidad, que tantos déficits arrastra, patrocina una serie de televisión en una cadena privada, la serie en cuestión tenía un título muy apropiado “Tierra de lobos”. Sólo me quedaba ver al Ministerio de Educación, con el hermano del Gabilodo defenestrado por Berlusconi Telebasura al frente, patrocinar el discurso del rey. El monarca y su descendencia se pueden permitir gracias a la constitución no dar más de si, pero los compañeros de clase de bachillerato de la hija de una amiga, donde sólo dos han aprobado esta evaluación, no tendrán millones de personas para mantenerlos. Y puede que tampoco una conocida, que no se ha podido sustraer a los influjos de los anuncios de famosas en navidad enseñando sus mansiones, pueda pagar el crédito personal de 600 euros que ha pedido para celebrar una Nochebuena por todo lo alto.
Y todo esto no es para amargar el solsticio de invierno a nadie sino para que entre cena y comida o entre lágrima y lágrima de quien esté sólo o acompañado de los que no tendrán regalos este año, piensen que vamos a hacer en el 2011 para que estas desigualdades no sigan creciendo.
Feliz Rebelión y Próspera Lucha Ciudadana.
Estoy en estado de alerta desde antes de que tuvieran a mal aplicarnos su medicina, ante su pésima gestión de problemas que han hecho crecer y multiplicarse. Quizá todo esto intencionadamente. Llevo varios años en estado de emergencia alarmada ante las tragaderas del personal que no para de saltar por el aro, cada vez más estrecho, que el gobierno marioneta de los mercados nos coloca delante, sin ser conscientes que llegará el momento que nos quedáremos atrapados en ese círculo vicioso. Quizá entonces se forme tal tapón que la presión de los que están a la cola haga que la situación explote y la ira haga que las uvas del 2011 nos las comamos en el Palacio Real. Perdonad, me había quedado dormida y estaba soñando.
Este 2010 será recordado con el sobrenombre de la tijera, si empezamos a enumerar y recitar todos los recortes sufridos, hasta en nuestra dignidad, (reforma laboral y sus secuelas, los 426 euros, las pensiones, el 5%, l’Estatut, los derechos humanos, los derechos ciudadanos, la libertad de expresión…) convertiríamos esto en una letanía alarmante de supresiones, de subidas y escaladas (iva, luz, los beneficios de los culpables, la represión, los desahucios, los millonarios kilómetros del AVE … la poca vergüenza). Para el 2011 seguro que nos desean la prohibición del derecho a huelga, el despido de más trabajadores, funcionarios incluidos, el despido libre-caída dura, el recorte de las pensiones mientras los señores diputados se garantizan y blindan las suyas.
Pero compañeras y compañeros de penas ¿hemos tocado fondo o podemos caer todavía más bajo? me gustaría pensar que no para no caer en el abismo de la depresión. Ahora voy en la montaña rusa del que no se deja arrastrar por la desidia del de a pie, del desánimo al cabreo y viceversa sin pasar por la euforia de ver la solución. Como muchos otros polimilitantesactivistas de las miles de causas por las que luchar. Injusticias cuyo origen tiene unos únicos responsables que sólo podremos derrotar si nos unimos, es urgente, antes de que nos arrasen con su política de tierra quemada contribuyente silenciado.
Se abrió la veda meses atrás y ahora la caza de moscas es a cañonazos y caen a miles, nuestras bajas son innumerables y silenciosas. No aparecen en los medios de desinformación masiva los que acaban con su vida porque no pueden hacer frente a embargos o a la precariedad que Papa Mercado y Mamá Crisis les trajo las anteriores navidades, mientras decían crecían los brotes verdes. (Y salen a la palestra las organizaciones de la Iglesia diciendo que no tienen medios para alimentar a tanto desahuciado del sistema capitalista del que participa la jerarquía vaticana y patria, y del que recogen también sus beneficios. Ay señor! Llevátelos pronto!) Así nos ven, a los atados a esta monarquía, que no sabe de crisis porque ya la aguantamos nosotros por ellos, como moscas que han mandado a la mierda, desoyendo las recomendaciones del refranero que dice que hay que atraparlas con miel. Por eso, todo nos sepa a hiel a los que tenemos conciencia de lo que está pasando y pasará, medidas excepcionales y de excepción que auguran más recortes democráticos, sociales y que dejarán eso que llaman estado del bienestar en estado de malestar o simplemente en estado, o peor aún, en estado de sitio.
Anecdotario:
Ayer en el telediario contemplé con estupor como en medio del relato de las alegrías de los agraciados con la lotería dieron una noticia nada subliminal donde aconsejaban a los premiados que debían hacer con su dinero. Agudicé el oído, la recomendación era diversificar las inversiones, que si en bolsa, que si en deuda interna y externa, que si no vendría hacienda y les crujiría. Animando al recién rico a defraudar y entrar en el sistema que los mercados nos ofrecen para que nos juguemos nuestros cuartos. Al cambiar de canal horrorizada por lo visto me encuentro con que el Ministerio de Sanidad, que tantos déficits arrastra, patrocina una serie de televisión en una cadena privada, la serie en cuestión tenía un título muy apropiado “Tierra de lobos”. Sólo me quedaba ver al Ministerio de Educación, con el hermano del Gabilodo defenestrado por Berlusconi Telebasura al frente, patrocinar el discurso del rey. El monarca y su descendencia se pueden permitir gracias a la constitución no dar más de si, pero los compañeros de clase de bachillerato de la hija de una amiga, donde sólo dos han aprobado esta evaluación, no tendrán millones de personas para mantenerlos. Y puede que tampoco una conocida, que no se ha podido sustraer a los influjos de los anuncios de famosas en navidad enseñando sus mansiones, pueda pagar el crédito personal de 600 euros que ha pedido para celebrar una Nochebuena por todo lo alto.
Y todo esto no es para amargar el solsticio de invierno a nadie sino para que entre cena y comida o entre lágrima y lágrima de quien esté sólo o acompañado de los que no tendrán regalos este año, piensen que vamos a hacer en el 2011 para que estas desigualdades no sigan creciendo.
Feliz Rebelión y Próspera Lucha Ciudadana.
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