CONSTRUCTORES DE REPÚBLICAS 2013


Desde que este blog se puso en funcionamiento en 2007 y no por mérito del mismo, sino de la ciudadanía inteligente y harta de tanta represión social y económica, son muchos los republicanos que por fin salieron del armario, miles sus banderas ondeando allí donde la injusticia campa. Este republicanismo enarbola la ruptura democrática, la libertad, la justicia social, la laicidad, la educación y la sanidad pública, gratuita y de calidad, los derechos humanos y también el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Porque la solidaridad se construye desde la comprensión mutua y la lucha conjunta contra el enemigo común.

miércoles, 18 de marzo de 2015

LA INDECENCIA DE EQUIPARAR LO INCOMPARABLE, CUANDO INTERESA.

Al hilo de la sentencia y la condena a 3 años para algunos de los manifestantes indignados que rodearon el Parlament, en un contexto de represión y recortes sin precedentes en Catalunya, unas reflexiones. Escuchando desde ayer a diferentes tertulianos a sueldo, voces convencidas de dar servicio a sus amos, fieles siervos del micro y la pluma, exhibirse como asépticos cumplidores y seguidores de los mecanismos que el sistema impone para su autoprotección, como salvaguarda de la democracia. Llenándoseles la boca de garantías y de escrupulosa aplicación de la ley ante delitos tan graves como intentar impedir el funcionamiento de un parlamento, no puedo más que reír por no llorar.

Cuando manifestantes ucranianos con sus banderas con esvásticas derrocaban un gobierno elegido en las urnas, esos mismos tertulianos avalaban que se rodearan los órganos de gobierno en Kiev. Cuando los opositores a Chávez en Venezuela intentaron entrar hasta la cocina del gobierno para derrocarlo con un golpe de estado patrocinado y aplaudido desde Madrid, entre otros, era el poder de la democracia contra los golpistas bolivarianos, lástima que olvidaran que ese gobierno había surgido de las urnas. Igual que cuando oímos que la República se instauró sin el aval democrático. Hay votos que no cuentan para aquellos que deciden cuales computan y cuales no. Y cuando no pueden cambiar el resultado electoral lo hunden con sus conspiraciones, sus presiones y sus contubernios como en el Chile de Allende, luego aparecen los salvadores de la patria con sus fusiles al hombro como el 17 de julio de 1936. Y tras ellos los que confirman que era para evitar un mal mayor, introduciendo su bien amado concepto orden, que quita los desmanes del mundo, seguridad a cambio de libertades y derechos. Y podríamos seguir con otros muchos ejemplos, de ayer y de hoy, porque lo clásico siempre se lleva.

Cuando interesa, esa asepsia se va por el sumidero de sus tergiversaciones y acaban siendo titulares machacantes que convencen a una población, que todavía carece del suficiente espíritu crítico como para pensar al margen del bombardeo mediático.  Uno de los argumentos más usados que se han puesto sobre la mesa ha sido el: muy bien, ¿qué os parecería que fueran los “contrarios” los que estuvieran asediando el Parlament? ¿qué les parecería a los de las CUP que no dejaran entrar a sus representantes? Recuerdo perfectamente una concentración por la memoria histórica en un pequeño pueblo de Galicia donde algún edil se dedicó a ir de puerta en puerta de los que pensaban asistir para decirles: luego no os quejéis si vienen los Otros.  No sé si sus fantasmas, como en la película de Amenábar, o sus descendientes de carne y hueso que marcaron su territorio con pegatinas de Falange. Y con ese reduccionismo y simplismo quieren resolver la cuestión, aunque el trasfondo de esas preguntas y afirmaciones es muy perverso y constituye el problema en sí.

Ellos quieren desligar el motivo de los hechos, los actores de sus actuaciones y aplicar el código penal, lo que les da una pátina de justos y equidistantes. Es terrible que ese mensaje cale en la gente, con la inoculación del miedo implícito que lleva el razonamiento, de si no castigamos a los que defienden una causa justa cuando traspasan la raya establecida, vendrán los que defienden el derrocamiento por la extrema derecha del sistema democrático. Entonces perderéis los derechos que os garantiza el sistema actual, a estas alturas microscópicos, porque habremos levantado las barreras de seguridad. La cuestión es que la usurpación de la democracia ya ha llegado a través de las urnas, aupando a partidos que resultan ser una ONG sin pecado cuando desfalcan al fisco para financiarse ilegalmente, porque ellos se lo guisan y ellos se lo comen amparados en su mayoría absoluta y su falta de vergüenza, mientras hay gente desesperada que pasa hambre y no llega a medio mes.  Pero en este caso su gobierno es legal y legítimo y los mecanismos de los que se les llena la boca se los pasan por salva sea la parte, y no especificamos orden ni cronología porque el producto no se altera, ni ellos tampoco.

Importa y mucho la causa que empuje a una manifestación o a cualquier acto de oposición al atropello de los derechos que protegen las necesidades más elementales de un ser humano como son un techo, la alimentación, la salud, la educación. No es lo mismo el pan de las pancartas de falange, que el pan de las marchas de la dignidad y si no ponemos en valor que los que beben de las fuentes del fascismo no deberían tener la misma consideración que los que les plantan cara, es que no hemos aprendido nada.  Si no podemos rebelarnos contra tanta injusticia, tanto fascismo disfrazado de democracia, tanto cinismo, si tenemos que aplaudir enunciados como el de la 52/2007, una ley cobarde que niega la justicia a las víctimas del franquismo bajo la equiparación y el eufemismo: ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura. ¿Dónde estamos? ¿Dónde vamos?

Y volviendo al inicio. El numerito que se montó con bajadas de helicóptero por haber planificado ¿a sabiendas? muy mal el control policial, les llegó como balón de oxigeno de mayo, en un momento en que la situación era insostenible para un gobierno que se ahogaba en su incompetencia. Siempre al servicio de los que exigían los recortes, muchos eran de los suyos, que no sufren por tener la sede embargada, por el caso Millet, el Pujol y otros tantos que no hacen mella en su dura concha neoliberal. Utilizar la indignación de la ciudadanía para obtener un rendimiento político no es otra cosa que manipulación ilícita, jugar sucio y un insulto a quienes sufren. Montar teatrillos abusando de su legalidad y bajo la falsa capa de la legitimidad no se ajusta a los derechos que se merece el pueblo.


Concluyendo, que nos dejen de equiparaciones y comparaciones, pues mientras se legisle para asfixiarnos y doblegarnos, mientras vamos dóciles a las que han sido hasta ahora sus urnas bipartidistas, protectoras de la impunidad, de coronas y constituciones hijas de legados dictatoriales, de corruptelas y cacicadas, no podemos seguir interpretando el papel de público complaciente a mucha ley mordaza que empuñen.

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