Mientras que en algunos medios de comunicación la noticia es que el 50 % de la población de este estado no puede hacer vacaciones por impedírselo su situación económica, en la mayoría, la noticia es que la familia real pasa parte de sus largas vacaciones, de 12 meses, en Mallorca. Del 50% de los ciudadanos que pueden salir de vacaciones, más de un 25 % va a su segunda residencia, la mayoría de las veces en su pueblo natal, o a molestar al familiar de turno para ahorrarse los gastos de hotel y restaurante. Los privilegiados que pueden pasar dos o tres semanas sin cocinar, sin hacer una cama, ni limpiar el baño vienen a ser un tanto por ciento más reducido. Aún así, revistas como "Hola" se siguen vendiendo porque debe ser que nos gusta ver como los que viven todo el año muy bien sin mover un dedo se suben a nuestro yate, pernoctan en nuestro palacio y comen a costa de nuestro bolsillo. Luego nos muestran a Leonor a lo Shirley Temple, en primera fila, para que haga unas gracias para ablandar el corazón de los cabreados súbditos que pasan calor en su domicilio. Aquí siempre perdonamos todo, debe ser por ese poso católico que nos imprimieron a sangre, y que nos hace pasar por alto los pecados graves de los poderosos y no los leves de los desgraciados. En esa tónica los monárquicos y Juancarlistas perdonaron a Leticia su pasado plebeyo, su boda civil, su divorcio, compartir mesa de informativo con el showman Urdaci y los últimos acontecimientos que han pasado en su vida. Ahora lo importante es si se habla con el rey, si el bikini que lleva está a la moda y si vuelve a sonreír, lo raro es que no se ría a mandíbula batiente porque la vida sigue sin problemas para ella. A mi no me interesa la vida privada de nadie pero estos personajes no pueden exigir su derecho a la intimidad porque viven de las arcas públicas y su privacidad nos cuesta dinero. Ahora la polémica ya no es la caricatura de El Jueves, todo es efímero, ahora el problema son unas fotos de la reina y Leticia en traje de baño. Los que viven del colorín discuten por si lo importante es que la reina sale por primera vez en bañador, a nadie le llama ya la atención que el fondo de la susodicha fotografía sea un fantástico yate de nombre "Fortuna" que disfrutan a cuerpo de rey sin remordimiento alguno. Para colmo, me entero de que para que veamos todos que los príncipes son sencillos, gente del pueblo, les han hecho una foto preparada en la que van a la playa como el resto de los mortales con su nevera al hombro. A mi lo que más me indigna de todo ésto es que nos tomen por tontos, que a través de unas fotografías o de unos vídeos quieran hacernos creer que sus vidas son iguales que las nuestras, eso es una falta de respeto hacia todos los ciudadanos.
Tendríamos que estar hartos de escuchar, por vacíos, los comentarios sobre que tenemos una familia real muy modesta, nada gastosa, muy simpática y un rey muy campechano, que mata osos como si estuviera en el pim, pam, pum de la feria. Ver todos los detalles, esa página también fue denunciada por injurias al rey. Pero no sólo el rey es un "experto cazador" de lo que podríamos hablar muy extensamente si existiera libertad de expresión en este país, sino que el vástago también ha salido aficionado a la escopeta, sólo que nos lo habían ocultado. Hay unas fotos de Felipe con su cuñado Urdangarín cazando en una finca privada con unos amigos, vaya, una de esas fotos que se ponen en blanco y negro y vienen a demostrar que aquí no han cambiado tanto las cosas. A dichas fotografías se les impidió ver la luz en su momento, quizá porque TVE estaba emitiendo una serie documental sobre la fauna ibérica en la que también salía el príncipe. Debieron juzgar que no era de recibo que apareciera el presentador matando las especies de las que estaba hablando, estaría feo tener que admitir que entre la lista de depredadores naturales estaba su propia familia. A mi la caza no me gusta, creo que tuvo su función hasta que aparecieron las grandes superficies y que en caso de hambre sería lícita practicarla, pero que se hable de ella como un deporte o una afición, me parece macabro. Que diversión existe en matar a un ser vivo, si es por el placer de disparar o para comprobar tu puntería existen las dianas y el tiro el plato, y estos señores pueden permitirse, gracias a nosotros, pagar estos caprichos. Lo increíble de todo esto es que yo no he visto manifestaciones de las asociaciones de defensa de los animales, ni de los ecologistas, ni de nadie que se muestre en contra de estas prácticas. Será quizá porque reciben subvenciones del Estado, del mismo que se empeña en sobre proteger a los Borbones cazadores, que en el coto privado del franquismo se cobraron la mejor pieza.
Tendríamos que estar hartos de escuchar, por vacíos, los comentarios sobre que tenemos una familia real muy modesta, nada gastosa, muy simpática y un rey muy campechano, que mata osos como si estuviera en el pim, pam, pum de la feria. Ver todos los detalles, esa página también fue denunciada por injurias al rey. Pero no sólo el rey es un "experto cazador" de lo que podríamos hablar muy extensamente si existiera libertad de expresión en este país, sino que el vástago también ha salido aficionado a la escopeta, sólo que nos lo habían ocultado. Hay unas fotos de Felipe con su cuñado Urdangarín cazando en una finca privada con unos amigos, vaya, una de esas fotos que se ponen en blanco y negro y vienen a demostrar que aquí no han cambiado tanto las cosas. A dichas fotografías se les impidió ver la luz en su momento, quizá porque TVE estaba emitiendo una serie documental sobre la fauna ibérica en la que también salía el príncipe. Debieron juzgar que no era de recibo que apareciera el presentador matando las especies de las que estaba hablando, estaría feo tener que admitir que entre la lista de depredadores naturales estaba su propia familia. A mi la caza no me gusta, creo que tuvo su función hasta que aparecieron las grandes superficies y que en caso de hambre sería lícita practicarla, pero que se hable de ella como un deporte o una afición, me parece macabro. Que diversión existe en matar a un ser vivo, si es por el placer de disparar o para comprobar tu puntería existen las dianas y el tiro el plato, y estos señores pueden permitirse, gracias a nosotros, pagar estos caprichos. Lo increíble de todo esto es que yo no he visto manifestaciones de las asociaciones de defensa de los animales, ni de los ecologistas, ni de nadie que se muestre en contra de estas prácticas. Será quizá porque reciben subvenciones del Estado, del mismo que se empeña en sobre proteger a los Borbones cazadores, que en el coto privado del franquismo se cobraron la mejor pieza.
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