En 1973, el "opositor" monárquico Joaquín Satrústegui, que cuatro años más tarde se convertirá en senador por designación real en las primeras Cortes elegidas en las urnas, declara en Roma: (..) "Hay que domeñar, a costa de lo que sea, a los comunistas, sobre todo, y, más importante aún, hay que integrar a sus dirigentes en nuestro proyecto, para que sean ellos mismos los que controlen y eviten la violencia de las huelgas y las revueltas estudiantiles, sobre las que tienen una gran autoridad e influencia. Hay que evitar a toda costa que se proclame la República de nuevo"
Santiago Carrillo entiende perfectamente este mensaje y pronto acaba aceptando la Monarquía y haciendo de policía desmovilizador en su importante área de influencia. Por orden de su secretario general y por primera vez en la historia, las bases del PCE se ven obligadas a enarbolar la bandera de la Monarquía borbónica, la misma que presidía los consejos de guerra franquistas, y también a enfrentarse con quienes se empeñan en seguir esgrimiendo la enseña tricolor. En más de una ocasión se puede ver curtidos militantes comunistas cumplir esa insólita y amarga misión con los ojos empañados: "Por favor, compañero, vamos a intentar que no haya problemas...Tengo que hacer esto por disciplina de partido, entiéndelo".
En un artículo publicado en el diario El País, el 29 de mayo de 2004, titulado "Por qué no soy monárquico", el profesor Vicenç Navarro, catedrático de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra, recuerda que "el golpe militar de 1936 y el establecimiento de la dictadura" contaron con el apoyo de la Monarquía. "Siendo el actual Monarca beneficiario directo de aquella dictadura, de cuyo dictador, el Monarca ha señalado una estima y respeto, considerándolo casi como su padre, no tolerando, según sus propias palabras, que se hable mal del general Franco en su presencia."
Y señala que, el 18 de julio de 1978, sólo cinco meses antes de que se aprobara la Constitución actualmente en vigor, la Casa del Rey publicó el siguiente texto: "Hoy se conmemora el aniversario del Alzamiento Nacional, que dio a España la victoria contra el odio y la miseria, la victoria contra la anarquía, la victoria para llevar la paz y el bienestar a todos los españoles. Surgió el Ejército, escuela de virtudes nacionales, y a su cabeza el Generalísimo Franco, forjador de la gran obra de regeneración."
LA TRANSICIÓN QUE NUNCA NOS EXPLICARON
Seguro que después de leer estos párrafos del libro de Alfredo Grimaldos, "La sombra de Franco en la Transición", no podrás resistirte a leerlo completamente. Lectura que recomiendo a todos aquellos que quieran conocer la verdadera Transición, por la que andamos transitando todavía como almas en pena. Una información fruto de su trabajo de investigación, rescatando de las hemerotecas textos muy clarificadores, verdades que los libros de historia no cuentan. Grimaldos ha sufrido en su persona la censura y el boicot a sus trabajos, lo que no le impide seguir haciendo periodismo de investigación independiente y valiente. Parece ser que los "profesionales del periodismo" han renunciado a aquello de la objetividad y la verdad, prostituyendo su credibilidad para complacer a su amo mediático. Una vergüenza. Por eso recomiendo encarecidamente este libro, que arroja luz sobre unas mentiras tan beatificada y enaltecidas que a casi todo el mundo le parecen verdades incuestionables, cuestión de fe, dogma monárquico.
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