DEL FASCISMO A LA IMPUNIDAD Y DE LA IMPUNIDAD AL FASCISMO

Del fascismo vino la impunidad, la Monarquía, la ley de Amnistía de 1977, la Constitución de 1978 y de esa impunidad volvemos al fascismo, el de la ilegalización de partidos por la vía rápida, el de la negación de justicia para las víctimas del franquismo, el de la encarcelación de los que osan poner en duda la figura del rey, el del silencio y la manipulación informativa descarada, el del consentimiento a los grupos fascistas para que se paseen por las calles y se presenten a elecciones (cosa que también ha denunciado la ONU), el del sometimiento a la Iglesia más recalcitrante, el de las torturas que denuncian los grupos de derechos humanos. Y estamos justo en este punto tan lamentable gracias a la Transición sin fin, que tan buena coartada supone para todo y de la que 3 décadas después, tras haberse puesto a la luz, aunque sólo sea la punta del iceberg del retraso que está suponiendo para avanzar por el camino de la democracia, el gobierno sigue defendiendo lo indefendible plantando cara a esa misma ONU, que cuando le conviene utiliza para defender sus argumentos.

Una idea de España trasnochada que no corresponde a la realidad ni a las necesidades de este estado plurinacional, una monarquía a la que hay que defenderle el pan y un territorio para que reine, una Iglesia que, como bien dice Gabilondo, sólo se conforma con todo, delante de la cual el gobierno se humilla hasta límites del todo inaceptables, tanto o más como lo hace con la banca. Estamos en la transición cangrejo de un paso adelante y dos para atrás con lo cual volvemos peligrosamente al fascismo que dio paso a la impunidad. Y es que los ciudadanos de este estado debemos ser de los que tropiezan una vez y un ciento con la misma piedra, la de aquí no se mueve nada.

Podemos despellejarnos los unos a los otros en televisión, practicar todo tipo de obscenidades, y no me malinterpreten que no es mojigatería sino decencia ética, delante de millones de personas, y somos por ello muy modernos. Esos son los cambios de los que gustan los que dirigen nuestras vidas, esos que nos embrutecen aún más para hacernos más manejables.

Y así llegamos al momento actual de crisis, esa de la que se llenan los medios de comunicación y que la población se resiste a aceptar, pues no se percibe en la calle, por ocultamiento o por inconsciencia. Y este que era el momento propicio para rebelarnos contra tanta opresión se va a convertir por dejadez en el momento propicio para que la bestia, esa que en otros sitios se tiene atada, campe por sus fueros con sus mensajes xenófobos y fáciles. Y cuando la inseguridad ciudadana sea perceptible en la calle, quizá se pase de las palabras a los hechos y muchos que los que se denominan de izquierdas miraran para otro lado tal como están haciendo ahora, permitiendo que los cimientos de barro de esta democracia raquítica sean arrasados por la maquinaria del miedo, que los que mandan tan bien saben manejar.

Lo mejor de todo viene cuando el Gobierno actual, guardaespaldas de los herederos del franquismo, se enfada y le planta cara a la ONU llamándoles indocumentados por no conocer la historia de este país, que tan agradecido está a una ley de amnistía, que dice exigieron los opositores democráticos. Claro, si tenemos en cuenta que el franquismo “había muerto” (ya sabemos que es como la materia, se transforma en variantes de si mismo) y sus miembros convertidos a demócratas también pedían la Amnistía para si, entonces eran legión. Pero que se acuerde el gobierno del tanto por ciento de la población actual española que estuvo por esa ley y el porqué. Todos sabemos a estas alturas que esa ley de punto final se hizo para bendecir la impunidad del franquismo, fruto del miedo de los ciudadanos y de los intereses de los políticos en alza. Aplicando así aquello de todos víctimas, todos verdugos, todos hermanos, reconciliación nacional y un abrazo fraternal. Y le agradecería al Gobierno que no siga con la canción del internacionalmente reconocido modelo de transición española porque eso, a estas alturas, produce vergüenza ajena.

El día 9 se celebra en Barcelona una concentración delante del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, Passeig Lluís Companys, 14-16, a las 19 horas, para denunciar la impunidad de los crímenes del franquismo y para pedir la anulación de los juicios de la dictadura fascista de Franco. Para luchar contra esa impunidad que nos está retrotrayendo peligrosamente a los tiempos en que las víctimas tenían que pedir perdón a sus verdugos, os esperamos con las fotografías de vuestros familiares represaliados. Pongamos rostro a la represión, para que vean las caras de las que están hechas las estadísticas.