La AVT vuelve por sus derroteros
de querer ser actor político y marcador de agendas, pero ésta no deja de ser un
instrumento de otros: La Gran Hermana FAES, los ansiosos del PP por desbancar a un Rajoy que consideran un blando, la extrema derecha que exige garrote vil en
la calle y se le rebela a un partido, que se vanagloriaba de tenerla controlada en
sus filas. Vaya, lo mejorcito de Génova.
Para preparar el clima del
domingo está el control mediático, que sabe manejar los sentimientos de culpa e
ira de una sociedad permisiva con conductas antidemocráticas. Abusa la Brunete mediática de la falta de
cultura política de la ciudadanía, resultado de una dictadura y una transición que la ha
mantenido en el desconocimiento de los derechos humanos y ciudadanos. Y todo
aderezado con tertulianos y periodistas, mayoritariamente al servicio de
quienes venden vísceras y no información veraz sin opinión.
El lema que ha escogido la AVT es
sencillamente abominable, censurable e insultante porque implícitamente lleva un
mensaje para los que somos vencidos. Vencidos y torturados por algunas de las
víctimas que ellos defienden como el abominable alumno de la Gestapo, Melitón
Manzanas, o como el ultracatólico Presidente de la dictadura franquista Carrero
Blanco, que fue al cielo. Las víctimas de la AVT han tenido reconocimiento, apoyo
social, se les ha hecho justicia, sus asesinos han pagado por sus crímenes, se
les ha compensado generosamente económicamente, ¿qué más quieren? Parece que
quieran instalar en las plazas públicas piras a lo Santa Inquisición, que tan
arraigada estuvo y en cierta medida está, en una sociedad sumida en la niebla diabólica del
nacionalcatolicismo. La AVT se pasa en su sed de venganza y protagonismo los
derechos humanos por su insaciable rencor fruto de su ideario político.
¿Qué pasa con el resto de
víctimas, ya no solo las del franquismo? Se ha instaurado socialmente que la
víctima por excelencia es la víctima de eta, las víctimas comunes siempre que
sean mediáticas, como Marta del Castillo, estarían en otra categoría, luego las
muchas víctimas que no ocupan titular alguno o que permanecen el anonimato. Por
último las víctimas de la represión del Estado y a la par, las víctimas del franquismo, que no son otra cosa que víctimas de terrorismo de estado.
Es asquerosamente curioso que los
propios que defienden esta cabecera, desde sus trincheras mediáticas, para
justificarse a si mismos, utilicen a las víctimas antifascistas en su
despropósito. Más bajo no se puede caer. Dicen que los que defendemos a las
víctimas de la dictadura y la transición no acatamos la Ley de Amnistía, que
todos nos dimos para ser hermanos en la paz de la monarquía del nada cambia. Por
ende ellos pueden criticar lo que viene de Estrasburgo y pedir no acatarlo. Que
somos unos revanchistas que no entendemos de generosidad y que carecemos de
altitud de miras democráticas porque no respetamos la Constitución. Todo para
no aceptar que ellos no saben lo que es un estado de derecho y de derechos,
donde hasta la fecha todo se ha modificado a gusto de los intereses políticos
del gobierno de turno, sin luz ni taquígrafos. Y ahora quieren que obviemos que
cometieron un ilícito modificando la ley de forma irregular y que nos sumemos a
los que se niegan a acatar lo que viene de una Europa, que les viene a decir
que pisaron los derechos humanos. Y si no lo hacemos es que somos defensores de
eta y tenemos que ser juzgados, como mínimo moralmente. La ley debe ser igual
para todos y deber ser garantista, no podemos convertir las condenas en
perpetuas en función de quien sea el juzgado. Y no se puede dejar de juzgar a
aquellos asesinos que son de tu familia genética o política, cerrando filas en
su defensa y en la de sus símbolos, como pasó este miércoles en el Congreso de
los Diputados, donde el rodillo PP se negó a la retirada de la simbología
franquista.
La AVT, que manipula y se deja
gustosamente manipular, se aferra a cuestiones de fe pidiendo que los que
mataron se arrepientan y pidan perdón. Los que pedimos verdad y reparación para
las víctimas del franquismo nos conformamos con recibir la justicia que se nos
ha negado y por derecho nos corresponde, el perdón que se lo pidan los asesinos
y torturadores a su Dios, si es que creen. Una Justicia que hemos tenido que
pedir a Argentina y que el Reino de España de momento está dilatando y puenteando.
Y para rematar, en ese
contubernio del todo es eta, quieren ilegalizar partidos elegidos
democráticamente, que otros que no tienen relación con delitos terroristas no
sean legalizados y que personas como Otegi, que están encerradas por opinar,
como en tiempos no tan lejanos, no salgan jamás de prisión, acusando de
cómplices del crimen a quienes solicitan desde instituciones democráticas como el Parlamento Vasco, su liberación.
Todo esto muy bien resumido en el
lema que presidirá la cabecera de la manifestación del domingo, donde muchos de
los vencedores saldrán a la calle. Un lema que obliga a la esquizofrenia a un
gobierno que manda a su partido a manifestarse contra sí mismo. Un lema que
habla en términos de 1939, que no quiere paz, ni diálogo para conseguirla, solo
tierra quemada bajo sus pies y cabezas inclinadas ante los vencedores. Ese
jamás será camino para construir.
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