CONSTRUCTORES DE REPÚBLICAS 2013


Desde que este blog se puso en funcionamiento en 2007 y no por mérito del mismo, sino de la ciudadanía inteligente y harta de tanta represión social y económica, son muchos los republicanos que por fin salieron del armario, miles sus banderas ondeando allí donde la injusticia campa. Este republicanismo enarbola la ruptura democrática, la libertad, la justicia social, la laicidad, la educación y la sanidad pública, gratuita y de calidad, los derechos humanos y también el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Porque la solidaridad se construye desde la comprensión mutua y la lucha conjunta contra el enemigo común.

domingo, 12 de agosto de 2018

EL AGENTE NARANJA


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Lo de Ciudadanos es trágicamente esperpéntico y muy peligroso. Esta última semana se ha ido superando a si mismo en su imparable caminar sobre la senda del fascismo. Imparable porque sorprendentemente nada ni nadie lo detiene haga lo que haga, diga lo que diga. Muchos politólogos no estarían de acuerdo en definir a este partido, nacido para romper desde el odio y la impunidad, como fascista. Hay quien lo tilda de populista, de neoliberal, de derecha que coquetea con la extrema derecha, pero ese disfraz ya no engaña, ni tan siquiera su discurso errático de defender algo y lo contrario con la misma vehemencia abusando de la nula memoria de la gente. De rancio a progre, de progre a rancio. Ciudadanos no es más que una bandera y una lengua de imposición, nacionalismo falangista, vacuo, casposo y racista. Ciudadanos es un servicio de propaganda al más puro estilo nacionalsocialista, que con los medios de comunicación como altavoz y el Capital para su opaca financiación ha vendido una imagen de Catalunya totalmente distorsionada, que le ha servido para medrar en el estado español. Y aquí la culpa es tanto de quien vende como de quien compra un mensaje tan simplista y reduccionista. Patriotismo de pandereta y miedo a romper una España que nunca fue. Ahora ampliando su dañino discurso a señalar los peligros de migrantes y manteros vendiendo la expulsión como una solución mágica para los españolitos de bien.

La técnica hasta ahora de los que abogan por la república catalana ha sido en cierto modo ignorar su escalada violenta a todos los niveles, un incendio que creen controlado. Y es posible que los naranjas hayan tocado techo, que su mensaje anticatalanista no tenga más recorrido, que ya no sean los abanderados de los constitucionalistas en el Parlament dada la nueva coyuntura política en el estado español con PSOE y los Borrell de turno. Pero lo importante es que ellos lo entiendan y echen el freno y creo que están tan sumidos en su propia vorágine xenófoba y nacionalista española que se han quedado atrapados en ella. La única huída electoral posible es hacia adelante.

Entiendo que no hay que hacerles el juego en la calle, que no hay que caer en sus provocaciones porque es lo que necesitan desesperadamente para seguir vendiendo sus mentiras, pero desde el ámbito político y policial no se puede ignorar lo que está pasando porque es sumamente grave. Ciudadanos está creando comandos a lo camisas negras desde la falsa legitimidad que le da una resolución judicial, que han universalizado creando su propia jurisprudencia para amparar la toma de la justicia por su mano arrancando lazos y pancartas de espacios y edificios públicos con total gratuidad. Parapolicía política. Hay que recordar que la sentencia solo obliga al ayuntamiento de Sant Cugat a retirar una estelada, punto. Lo hacen armados con artilugios como pértigas con objetos cortantes en sus extremos, con cúter, cuchillos y otros, algunos con pasamontañas, en comandos nocturnos en un principio, ahora ya a cara descubierta y a plena luz del día. La formación naranja da cuartelillo a los que increpan y agreden a abuelas y abuelos, recientemente al padre de un reconocido humorista. No quiero pensar que eso lo hiciera un CDR, serían detenidos ipso facto y trasladados al TOP. Y el colmo del surrealismo faccioso es que Ciudadanos emite un comunicado a lo banda terrorista reivindicando la autoría del intento de robo de la pancarta que colgaba de la fachada del ayuntamiento de Reus.

En esta ciudad tarraconense hay un foco tóxico de Ciudadanos que se dedica a invadir los plenos y convertirlos en un espectáculo deplorable de banderas españolas y pancartas entre abucheos, risas y burlas. Tuve la ocasión de presenciarlo cuando la CUP de Reus presentó una moción con la petición de una calle para Cipriano Martos, torturado a manos de la Guardia Civil en agosto de 1973 y muerto en el hospital de Sant Joan de la localidad después de casi un mes de terribles sufrimientos. La falta de respeto hacia los amigos y familiares de las víctimas torturadas aquel verano fue doloroso y deleznable, de pie y dignos aguantamos estoicamente el espectáculo bochornoso de la ignorancia fascista. Vergüenza ajena. El alcalde que impidió que se llevaran la pancarta de apoyo a los presos políticos es el mismo que se comprometió en la presentación del libro del periodista Roger Mateos “El caso Cipriano Martos”, cuya lectura aconsejo encarecidamente,  a poner una placa conmemorativa de la vida de Cipriano en la calle en la que residió durante su breve estancia en Reus.

El Agente Naranja fue un arma devastadora de la guerra química que debe su nombre al color de los barriles donde era transportado. Ciudadanos, que por apropiarse hasta lo hizo del logotipo de una empresa, que ha ganado la demanda interpuesta contra la formación de los primos de Rivera sin que ésta haya tomado nota de la resolución de la Oficina Española de Patentes y Marcas, es un envase naranja de un producto que se propaga gracias a la química de su discurso primitivo y visceral. Ciudadanos es un herbicida para defoliar los valores democráticos y la convivencia que junto al combustible de la rabia de un grupo de resentidos, que van más allá del voto naranja y que se esconden en siglas de supuesta izquierda, de derecha y de extrema derecha convergentes en organizaciones como Sociedad Civil Catalana, pretenden devastar la Catalunya plural, pacífica, diversa, inclusiva, solidaria y de los derechos humanos con sus muros de intolerancia fascista. Y todo esto desde el victimismo y el cinismo de los cuadros de sus escuadras.

Se les llena la boca de democracia para escupir su nuevo lema: Orden y Seguridad. Ordnung und Sicherheit. Sigamos mirando para otro lado.



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