CONSTRUCTORES DE REPÚBLICAS 2013


Desde que este blog se puso en funcionamiento en 2007 y no por mérito del mismo, sino de la ciudadanía inteligente y harta de tanta represión social y económica, son muchos los republicanos que por fin salieron del armario, miles sus banderas ondeando allí donde la injusticia campa. Este republicanismo enarbola la ruptura democrática, la libertad, la justicia social, la laicidad, la educación y la sanidad pública, gratuita y de calidad, los derechos humanos y también el derecho de los pueblos a su autodeterminación. Porque la solidaridad se construye desde la comprensión mutua y la lucha conjunta contra el enemigo común.

viernes, 3 de noviembre de 2017

ESPAÑA FUNDE A NEGRO


Más dura será la caída:

Gran parte del gobierno en prisión, otra parte en Bélgica acusados de cobardía por ser parte de la defensa del Govern en una estrategia para no ser totalmente silenciado en una prisión de Madrid por la injusticia española, líderes sociales encerrados durante más de dos semanas. Presos políticos. Viva la separación de poderes.

Con anterioridad:   

Estos días he estado observando desde la perplejidad y la indignación los acontecimientos que no pensé vivir.

Habrá gente en Catalunya y fuera de ella principalmente, que se sienta confortada viendo un mar de banderas monárquicas, la misma que abrazó el golpismo cambiando el logotipo por un pajarraco de mal agüero para todo aquel que sea verdaderamente antifascista. A mí, como republicana, me provoca urticaria, no podría ser de otra manera. Tristemente, se vieron algunas banderas republicanas entre los que gritaban viva el rey, pero claro spain is different.  Aquí la coherencia solo se les pide a unos cuantos.

He estado asistiendo en los últimos meses a la desinformación masiva por medios totalmente irresponsables que se han empeñado en hablar a todas horas de fractura, división, miedo, etnicismo, intentando crear el caldo de cultivo perfecto para sus líneas editoriales y sus intereses como empresas. Un mensaje que ha llegado a calar entre la población que consume medios de masas audiovisuales y que se ha instalado hasta en los partidos políticos que no propiciaban este discurso, ya manido y viejo por aquí, vertido por el PP y Ciudadanos. Y yo me pregunto porque estos medios no hablaban de supremacismo cuando el pujolismo campaba por lo que fuera su cortijo dando ahora cancha a voceros que sufrieron el sectarismo convergente reinante por entonces, recordemos que con el beneplácito de los diferentes gobiernos del reino de España. Unos personajes que han guardado un rencor de tal calibre que no les deja ver que la situación de Catalunya ha cambiado radicalmente. Gente de la supuesta izquierda escupiendo odio y algunos hablándonos de clase obrera subidos al púlpito del neoliberalismo y el franquismo. Pero claro, de que nos vamos a extrañar si fueron los mismos que pactaron una transición miserable y siguen defendiéndola sin rubor. Aquellos que ya traicionaron a los suyos con documentos de reconciliación nacional al precio de la humillación de los que dieron su vida no al partido, sino por la República y contra el fascismo. Ahora vienen a decirnos que no se puede ser independentista y de izquierdas, y menos comunista. Por favor, que se lo hagan mirar, porque la unidad de España y su renuncia a una república federal que defienden solo sobre el papel, les ciega hasta al punto de creerse por encima de los que ya lucían la tricolor antes de que ellos levantaran la prohibición de su exhibición en sus mítines.

Se ve que el independentismo al que siguen llamando nacionalismo, obviando a muchísima gente que no es nacionalista, pero si que está por la república catalana, es motivo de división y odio entre el pueblo de Catalunya. Yo francamente ese odio solo lo palpo desde el lado que comparte manifestaciones con la más extrema derecha y se hace selfies de vergüenza con quienes le roban la poca dignidad que les queda por no respetar la trayectoria histórica de siglas incluso centenarias. Los que se pasean con los que acaban sus manifestaciones agrediendo e insultando brazo en alto al grito de viva Franco.  Pero claro, ahora toca que la patria grande, una y libre, la caspa del “Viva España” de Manolo Escobar, los argumentos de feria y la bendición a la represión con bravos a la Policía Nacional y la Benemérita, sean el colmo de la democracia. Es como vivir en el NODO.

Es fantástico que las familias no se puedan reunir en navidad por ser de partidos políticos y de fútbol diferentes, pero que lo hagan por ser unos unionistas o constitucionalistas y otros independentistas o nacionalistas catalanes es un crimen contra la convivencia y casi contra la humanidad. Que lástima que no lo fuera también cuando familiares, amigos o compañeros de trabajo se peleaban para no hablarse por defender la justicia social y los derechos humanos, por votar Ciudadanos o Podemos, por ser chavista o no serlo, por el 15-M y otros. He visto muchos ejemplos de eso y nadie se ha rasgado las vestiduras, porque todo eso no es equiparable según los defensores de la unidad de una patria, que no me representa, con el desmembramiento de su España. Y a esta gente no le molesta el nacionalismo porque colisiona con la izquierda etc…. porque no veo que se ataque al PNV, nacionalista, de derechas y muleta del PP y el PSOE con la virulencia que se ataca a aquellos que sí queremos romper con el régimen del 78, que no nos sentimos representados en la constitución monárquica, que estamos hartas de pelearnos por las víctimas del franquismo y la transición y darnos de bruces con la impunidad, la amnistía de los verdugos y una justicia que viene de la más larga de las noches de la dictadura.

Para mí, me gustaría equivocarme, España es irreformable porque sus estructuras franquistas y su patriotismo de pandereta, que se usa para tapar sus miserias y perpetuar un modus operandi indecente, son intocables. Por eso me da pena que partidos que vinieron a salvarnos de todo eso se hayan acomodado tan bien al sistema y a su discurso, cayendo en la miseria de patria, bandera y constitución, con dos almas en colisión que no supieron aunar o anular en sus inicios para perder un tiempo precioso en problemas internos, fiscalizados y asediados por la misma prensa que ahora ataca los procesos democráticos, que pretenden abrir paso no solo a un estado más democrático en Catalunya, también en toda España, pero para ver eso hay que tener un valor del que igual carecen. Otro día podemos hablar de las debilidades o fallos del proceso, pero  no hay un manual de cómo separase de un estado como España, alérgico a todo aquello que no sea claudicación y rendición.  Es para mi una gran tristeza ver la situación en la que nos encontramos y que muy pocos sepan distinguir David de Goliat, equiparando injustamente posturas que no tienen posible comparación, sin querer analizar y dar valor a los orígenes de este caminar.  Es como si solo se hablara de las decapitaciones al estudiar la revolución francesa, o del asesinato de los Romanov al estudiar la revolución de octubre de 1917, ambos sucesos imprescindibles para el concepto derechos sociales, y no de las situaciones que dieron pie a esas emancipaciones populares como el hambre y la opresión de monarquías absolutas. Así asistimos a la normalización y banalización del 155 como algo necesario para restablecer la democracia, terrible contradicción. No preocupa que haya personas en prisión a quienes se les niega el hecho político, incluso por los que fueron presos políticos y se creen los únicos con derecho a esa marca, cuando todos sabemos que desde que murió el dictador ha habido demasiados en el estado español y los que vendrán, a los que también les sirve el apellido antifranquista porque seguimos instalados en el franquismo sociológico, institucional y judicial, donde no se transitó a más democracia. Nos parece superdemocrático ver a las masas pidiendo alegremente prisión a diestro y siniestro mientras bailan pasodobles.

Estoy harta de escuchar sermones de los mirlos blancos de la izquierda que hablan de la corrupción de la burguesía que capitanea el barco independentista, hoy republicano, que se pone de perfil, ni DI, ni 155, pero a los que ya les está bien lo último pues viene de la mano de unas anheladas elecciones. Aquellos que dan la bienvenida a todo tipo de manifestación, que son republicanos pero constitucionalistas a tope, que viven instalados en el oximoron de la incongruencia. Y no les veo echarse las manos a la cabeza al ver a ultras, ultraderecha, derecha y no se sabe qué, mitineando barbaridades en un discurso del rencor, unos de las manos de los otros, muchas manchadas de corrupción y violación de derechos humanos.

Estoy harta de oír que no se habla más que del monotema, que los medios están todo el día con la matraca de Catalunya y yo en mi ignorancia me pregunto de quién es la culpa? Diría modestamente que de los que han comprobado que además de ser un tema que tapa mucha mierda, vende mucho, porque apela a los instintos más bajos, es como ver los programas amarillistas del corazón pero con actores políticos. Que no nos tomen por idiotas aunque se lo podamos parecer por tragarnos, unos menos que otros, toda su basura. Se creen los intocables del unionismo. Luego se quejan amargamente de que les llaman manipuladores, pues no creo que les venga de nuevas, porque “televisión manipulación” es un clásico de la historia de las manifestaciones por los derechos, esos que nos van robando pero que no causa alarma social. La responsabilidad de lo que va en sus escaletas es de quien las escribe y suscribe, no de quien las consume, y menos de quienes son protagonistas a su pesar. Y decirles que en el Parlament de Catalunya se ha estado trabajando y se han aprobado distintas leyes de carácter social y de derechos humanos, como la de la anulación de los juicios del franquismo, algunas de ellas anuladas por el estupendo y magnífico Constitucional, botiquín de emergencia del PPPSOECiudadanos.

Estoy harta de que se hable de este tema, no desde la racionalidad como debería ser, oyendo estupideces del tipo quieren robar el sentimiento de pertenencia. Es absurdo, cada uno se siente como le parece, viva donde viva, hubo gente que emigró y no por eso se sintió alemán o francés si no le dio la gana, algunos volvieron tan montunos como se fueron porque fueron impermeables a las costumbres de su país de residencia. Que se hable de que aquí se impone, se adoctrina, se discrimina, un país con personas venidas de cientos de sitios, con cientos de colores y lenguas en sus calles. Yo que vivo en el cinturón de Barcelona puedo decir que llevo tiempo oyendo con mucha tristeza discursos xenófobos por parte de aquellos que ahora denuncian que la administración catalana es racista con los que se sienten españoles, que se quejan indignados de que esta favorece a gente venida de otros países bajo el lema primero los de casa, los de qué casa? Estoy cansada de que vengan con los discursos de mi padre es de allí y mi madre de allá y por eso soy español y por esos vosotros sois malos porque les hacéis sufrir. Como yo, mucha gente nacida fuera de Catalunya o hijos de nacidos fuera de Catalunya se sienten interpelados por el proyecto de la república catalana como un espacio del que desterrar ciertos estereotipos que deberían estar superados para vivir en paz. Y no somos borregos, ni naif, muchos sabemos que constituirse en estado si no tienes interlocutor con quien negociar las condiciones para ello, es un trabajo sacrificado, largo e incierto, no es automático, ni fácil y no hace falta que nos lo diga nadie, simplemente tienes que conocer al estado español para saberlo. Porque aquí se puede ser independentista y republicano, siempre que no quieras llevar tus ideas a cabo, como hecho folklórico, porque eso es lo democrático, querer alcanzar tus objetivos es tener todos los números para conocer las prisiones del Reino de España.

Prefiero huir de un estado que no respeto donde se encarcela a personas por sus ideas desde la transición, que ilegaliza todo aquello que considera perjudicial para sus intereses, que es corrupto porque así lo han querido quienes han perpetrado el bipartidismo contra el pueblo, que intenta solucionar las cuestiones políticas porra en mano, que tiene una justicia que no responde a la definición del término, que tiene un monarca hijo de un rey moldeado en dictadura e impuesto por un genocida. Prefiero pertenecer a una república por crear, lejos de esos vicios franquistas, capitalista en un inicio, por desgracia, no soy una ilusa, pero social y fundamentada en el respeto a los derechos humanos, sin TOP reconvertido, solidaria, abierta y fraterna. A veces es mejor arriesgarse a lo incierto que quedarse en la certeza de lo abominable.

Perdonad si no compro el discurso de la tragedia que significa no pertenecer al estado español, que me deje perpleja que las consultas de psiquiatras y psicólogos estén llenas por culpa de la disyuntiva España-Catalunya y no por los problemas reales no basados en banderas y patrias, fundamentados en la crisis económica en la microeconomía, la inaguantable precariedad laboral, el machismo que mata, la falta de techo, la violación de derechos humanos, la decadencia de lo público… Que solo preocupen estas cuestiones mientras se confrontan a la república catalana pero que no se cuestionen cuando ha sido el pan de cada día de los gobiernos de Rajoy, convertido ahora de corrupto mayor del reino en campeón de los demócratas salvador de la patria, inteligente estratega, el mismo de la Gürtel y un plato es un plato.

Quizá esta república publicitada y no declarada oficialmente, hija también de la arrogancia del estado español, de su soberbia, que se pasó el Estatut por el forro y sembró el anticatalanismo como una plaga con fines políticos perversos no acabe de ser una realidad, por desgracia. Pero lo que no aceptaré nunca es que se le atribuya la supuesta tragedia de haberlo intentado, como respuesta a tanta injusticia e imposición, de manera impecablemente democrática y pacífica. La culpa de la germinación de la semilla de la discordia que han sembrado ciertos partidos, sus voceros mediáticos, los palmeros y los cortesanos, será de estos, del rey de unos cuantos, del gobierno Rajoy, del PSOE de Pedro y Susana, de Ciudadanos y su destructiva ambición, de los del 155, que todos sabemos iba aplicarse se hubieran convocado elecciones o no.  Llegados a este punto solo queda convertir la represión en plebiscito y esperar que los que se llenan la boca de democracia acepten el resultado.

Ahora los que tendéis a ridiculizar todo aquello que os cuestiona podéis reíros, que por otra parte es muy sano para la salud y contrarresta la acumulación de bilis, que algunos arrastran desde que vencieron.

1 comentario:

Galileo dijo...

Un análisis real, contundente y estupendo! Gracias por estas letras.
Salud compañera del alma, compañera!