Más dura será la caída:
Gran parte del gobierno en prisión, otra parte en Bélgica acusados de cobardía por ser parte de la defensa del Govern en una estrategia para no ser totalmente silenciado en una prisión de Madrid por la injusticia española, líderes sociales encerrados durante más de dos semanas. Presos políticos. Viva la separación de poderes.
Con anterioridad:
Estos días he estado observando desde la perplejidad y la indignación los acontecimientos que no pensé vivir.
Habrá gente en Catalunya y fuera
de ella principalmente, que se sienta confortada viendo un mar de banderas
monárquicas, la misma que abrazó el golpismo cambiando el logotipo por un
pajarraco de mal agüero para todo aquel que sea verdaderamente antifascista. A
mí, como republicana, me provoca urticaria, no podría ser de otra manera. Tristemente, se vieron algunas banderas
republicanas entre los que gritaban viva el rey, pero claro spain is different.
Aquí la coherencia solo se les
pide a unos cuantos.
He estado asistiendo en los
últimos meses a la desinformación masiva por medios totalmente irresponsables
que se han empeñado en hablar a todas horas de fractura, división, miedo, etnicismo,
intentando crear el caldo de cultivo perfecto para sus líneas editoriales y sus
intereses como empresas. Un mensaje que ha llegado a calar entre la población
que consume medios de masas audiovisuales y que se ha instalado hasta en los
partidos políticos que no propiciaban este discurso, ya manido y viejo por
aquí, vertido por el PP y Ciudadanos. Y yo me pregunto porque estos medios no
hablaban de supremacismo cuando el pujolismo campaba por lo que fuera su
cortijo dando ahora cancha a voceros que sufrieron el sectarismo convergente
reinante por entonces, recordemos que con el beneplácito de los diferentes
gobiernos del reino de España. Unos personajes que han guardado un rencor de
tal calibre que no les deja ver que la situación de Catalunya ha cambiado
radicalmente. Gente de la supuesta izquierda escupiendo odio y algunos
hablándonos de clase obrera subidos al púlpito del neoliberalismo y el
franquismo. Pero claro, de que nos vamos a extrañar si fueron los mismos que
pactaron una transición miserable y siguen defendiéndola sin rubor. Aquellos
que ya traicionaron a los suyos con documentos de reconciliación nacional al
precio de la humillación de los que dieron su vida no al partido, sino por la
República y contra el fascismo. Ahora vienen a decirnos que no se puede ser
independentista y de izquierdas, y menos comunista. Por favor, que se lo hagan
mirar, porque la unidad de España y su renuncia a una república federal que
defienden solo sobre el papel, les ciega hasta al punto de creerse por encima
de los que ya lucían la tricolor antes de que ellos levantaran la prohibición
de su exhibición en sus mítines.
Se ve que el independentismo al
que siguen llamando nacionalismo, obviando a muchísima gente que no es
nacionalista, pero si que está por la república catalana, es motivo de división
y odio entre el pueblo de Catalunya. Yo francamente ese odio solo lo palpo
desde el lado que comparte manifestaciones con la más extrema derecha y se hace
selfies de vergüenza con quienes le roban la poca dignidad que les queda por no
respetar la trayectoria histórica de siglas incluso centenarias. Los que se
pasean con los que acaban sus manifestaciones agrediendo e insultando brazo en
alto al grito de viva Franco. Pero
claro, ahora toca que la patria grande, una y libre, la caspa del “Viva España”
de Manolo Escobar, los argumentos de feria y la bendición a la represión con
bravos a la Policía Nacional y la Benemérita, sean el colmo de la democracia. Es
como vivir en el NODO.
Es fantástico que las familias no
se puedan reunir en navidad por ser de partidos políticos y de fútbol diferentes, pero que lo hagan por ser unos
unionistas o constitucionalistas y otros independentistas o nacionalistas
catalanes es un crimen contra la convivencia y casi contra la humanidad. Que
lástima que no lo fuera también cuando familiares, amigos o compañeros de
trabajo se peleaban para no hablarse por defender la justicia social y los
derechos humanos, por votar Ciudadanos o Podemos, por ser chavista o no serlo,
por el 15-M y otros. He visto muchos ejemplos de eso y nadie se ha rasgado las
vestiduras, porque todo eso no es equiparable según los defensores de la unidad
de una patria, que no me representa, con el desmembramiento de su España. Y a
esta gente no le molesta el nacionalismo porque colisiona con la izquierda
etc…. porque no veo que se ataque al PNV, nacionalista, de derechas y muleta
del PP y el PSOE con la virulencia que se ataca a aquellos que sí queremos
romper con el régimen del 78, que no nos sentimos representados en la
constitución monárquica, que estamos hartas de pelearnos por las víctimas del
franquismo y la transición y darnos de bruces con la impunidad, la amnistía de
los verdugos y una justicia que viene de la más larga de las noches de la
dictadura.
Para mí, me gustaría equivocarme,
España es irreformable porque sus estructuras franquistas y su patriotismo de
pandereta, que se usa para tapar sus miserias y perpetuar un modus operandi indecente, son intocables. Por eso me da pena que partidos que vinieron a salvarnos de
todo eso se hayan acomodado tan bien al sistema y a su discurso, cayendo en la
miseria de patria, bandera y constitución, con dos almas en colisión que no supieron aunar o
anular en sus inicios para perder un tiempo precioso en problemas internos, fiscalizados y asediados por la misma prensa que ahora ataca los procesos
democráticos, que pretenden abrir paso no solo a un estado más democrático en
Catalunya, también en toda España, pero para ver eso hay que tener un valor del
que igual carecen. Otro día podemos hablar de las debilidades o fallos del proceso,
pero no hay un manual de cómo
separase de un estado como España, alérgico a todo aquello que no sea
claudicación y rendición. Es para
mi una gran tristeza ver la situación en la que nos encontramos y que muy pocos
sepan distinguir David de Goliat, equiparando injustamente posturas que no
tienen posible comparación, sin querer analizar y dar valor a los orígenes de
este caminar. Es como si solo se
hablara de las decapitaciones al estudiar la revolución francesa, o del
asesinato de los Romanov al estudiar la revolución de octubre de 1917, ambos sucesos
imprescindibles para el concepto derechos sociales, y no de las situaciones que
dieron pie a esas emancipaciones populares como el hambre y la opresión de
monarquías absolutas. Así asistimos a la normalización y banalización del 155
como algo necesario para restablecer la democracia, terrible contradicción. No
preocupa que haya personas en prisión a quienes se les niega el hecho político, incluso por los que fueron presos políticos y se creen los únicos con derecho a esa marca,
cuando todos sabemos que desde que murió el dictador ha habido demasiados en el estado español y los que vendrán, a los que también les sirve
el apellido antifranquista porque seguimos instalados en el franquismo
sociológico, institucional y judicial, donde no se transitó a más democracia.
Nos parece superdemocrático ver a las masas pidiendo alegremente prisión a
diestro y siniestro mientras bailan pasodobles.
Estoy harta de escuchar sermones
de los mirlos blancos de la izquierda que hablan de la corrupción de la
burguesía que capitanea el barco independentista, hoy republicano, que se pone
de perfil, ni DI, ni 155, pero a los que ya les está bien lo último pues viene
de la mano de unas anheladas elecciones. Aquellos que dan la bienvenida a todo tipo de manifestación, que son
republicanos pero constitucionalistas a tope, que viven instalados en el oximoron
de la incongruencia. Y no les veo echarse las manos a la cabeza al ver a
ultras, ultraderecha, derecha y no se sabe qué, mitineando barbaridades en un
discurso del rencor, unos de las manos de los otros, muchas manchadas de
corrupción y violación de derechos humanos.
Estoy harta de oír que no se
habla más que del monotema, que los medios están todo el día con la matraca de
Catalunya y yo en mi ignorancia me pregunto de quién es la culpa? Diría
modestamente que de los que han comprobado que además de ser un tema que tapa
mucha mierda, vende mucho, porque apela a los instintos más bajos, es como ver
los programas amarillistas del corazón pero con actores políticos. Que no nos
tomen por idiotas aunque se lo podamos parecer por tragarnos, unos menos que
otros, toda su basura. Se creen los intocables del unionismo. Luego se quejan amargamente de que les llaman manipuladores, pues no creo que les venga de nuevas, porque “televisión
manipulación” es un clásico de la historia de las manifestaciones por los
derechos, esos que nos van robando pero que no causa alarma social. La
responsabilidad de lo que va en sus escaletas es de quien las escribe y
suscribe, no de quien las consume, y menos de quienes son protagonistas a su
pesar. Y decirles que en el Parlament de Catalunya se ha estado trabajando y se
han aprobado distintas leyes de carácter social y de derechos humanos, como la
de la anulación de los juicios del franquismo, algunas de ellas anuladas por el
estupendo y magnífico Constitucional, botiquín de emergencia del
PPPSOECiudadanos.
Estoy harta de que se hable de
este tema, no desde la racionalidad como debería ser, oyendo estupideces del tipo quieren robar el sentimiento de pertenencia. Es
absurdo, cada uno se siente como le parece, viva donde viva, hubo gente que
emigró y no por eso se sintió alemán o francés si no le dio la gana, algunos
volvieron tan montunos como se fueron porque fueron impermeables a las
costumbres de su país de residencia. Que se hable de que aquí se impone, se
adoctrina, se discrimina, un país con personas venidas de cientos de sitios,
con cientos de colores y lenguas en sus calles. Yo que vivo en el cinturón de
Barcelona puedo decir que llevo tiempo oyendo con mucha tristeza discursos
xenófobos por parte de aquellos que ahora denuncian que la administración
catalana es racista con los que se sienten españoles, que se quejan indignados
de que esta favorece a gente venida de otros países bajo el lema primero los de
casa, los de qué casa? Estoy cansada de que vengan con los discursos de mi
padre es de allí y mi madre de allá y por eso soy español y por esos vosotros
sois malos porque les hacéis sufrir. Como yo, mucha gente nacida fuera de
Catalunya o hijos de nacidos fuera de Catalunya se sienten interpelados por el
proyecto de la república catalana como un espacio del que desterrar ciertos
estereotipos que deberían estar superados para vivir en paz. Y no somos
borregos, ni naif, muchos sabemos que constituirse en estado si no tienes
interlocutor con quien negociar las condiciones para ello, es un trabajo
sacrificado, largo e incierto, no es automático, ni fácil y no hace
falta que nos lo diga nadie, simplemente tienes que conocer al estado español
para saberlo. Porque aquí se puede ser independentista y republicano, siempre
que no quieras llevar tus ideas a cabo, como hecho folklórico, porque eso es lo
democrático, querer alcanzar tus objetivos es tener todos los números para conocer
las prisiones del Reino de España.
Prefiero huir de un estado que no
respeto donde se encarcela a personas por sus ideas desde la transición, que
ilegaliza todo aquello que considera perjudicial para sus intereses, que es
corrupto porque así lo han querido quienes han perpetrado el bipartidismo
contra el pueblo, que intenta solucionar las cuestiones políticas porra en
mano, que tiene una justicia que no responde a la definición del término, que
tiene un monarca hijo de un rey moldeado en dictadura e impuesto por un
genocida. Prefiero pertenecer a una república por crear, lejos de esos vicios
franquistas, capitalista en un inicio, por desgracia, no soy una ilusa, pero
social y fundamentada en el respeto a los derechos humanos, sin TOP
reconvertido, solidaria, abierta y fraterna. A veces es mejor arriesgarse a lo
incierto que quedarse en la certeza de lo abominable.
Perdonad si no compro el discurso
de la tragedia que significa no pertenecer al estado español, que me deje
perpleja que las consultas de psiquiatras y psicólogos estén llenas por culpa
de la disyuntiva España-Catalunya y no por los problemas reales no basados en
banderas y patrias, fundamentados en la crisis económica en la microeconomía,
la inaguantable precariedad laboral, el machismo que mata, la falta de techo, la
violación de derechos humanos, la decadencia de lo público… Que solo preocupen
estas cuestiones mientras se confrontan a la república catalana pero que no se
cuestionen cuando ha sido el pan de cada día de los gobiernos de Rajoy,
convertido ahora de corrupto mayor del reino en campeón de los demócratas
salvador de la patria, inteligente estratega, el mismo de la Gürtel y un plato
es un plato.
Quizá esta república publicitada
y no declarada oficialmente, hija también de la arrogancia del estado español, de su
soberbia, que se pasó el Estatut por el forro y sembró el anticatalanismo como
una plaga con fines políticos perversos no acabe de ser una realidad, por
desgracia. Pero lo que no aceptaré nunca es que se le atribuya la supuesta
tragedia de haberlo intentado, como respuesta a tanta injusticia e imposición,
de manera impecablemente democrática y pacífica. La culpa de la germinación de
la semilla de la discordia que han sembrado ciertos partidos, sus voceros
mediáticos, los palmeros y los cortesanos, será de estos, del rey de unos
cuantos, del gobierno Rajoy, del PSOE de Pedro y Susana, de Ciudadanos y su destructiva ambición,
de los del 155, que todos sabemos iba aplicarse se hubieran convocado
elecciones o no. Llegados a este
punto solo queda convertir la represión en plebiscito y esperar que los que se
llenan la boca de democracia acepten el resultado.
Ahora los que tendéis a
ridiculizar todo aquello que os cuestiona podéis reíros, que por otra parte es
muy sano para la salud y contrarresta la acumulación de bilis, que algunos
arrastran desde que vencieron.
1 comentario:
Un análisis real, contundente y estupendo! Gracias por estas letras.
Salud compañera del alma, compañera!
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